Vuelta a España
Cort Nielsen, el otro Roglic de la Vuelta
El danés logra su tercera victoria en el sinuoso trayecto por Galicia, sin españoles en la fuga ganadora
Hay que hacer kilómetros en bicicleta y en coche para alcanzar la meta de la decimonovena etapa de la Vuelta, Monforte de Lemos, sur de la provincia de Lugo, capital de la comarca de Tierra de Lemos y la Ribeira Sacra. El pelotón proviene de las inmediaciones de Oviedo, también la caravana que sigue a la ronda. Tres horas y cuarto en coche por el litoral occidental de Asturias, casi cuatro por el interior de León y Astorga. Muchas lunas de actividad para todos, porque la Vuelta exige. Va y viene a los pueblos, busca el calor de la gente y el rédito económico, como es lógico. Por eso no extraña que en Monforte de Lemos triunfe un camaleón que se adapta a todo, a las rampas de Cullera, al calor y el esprint de Córdoba, al trayecto largo y en fuga de Galicia. Magnus Cort Nielsen honra a la Vuelta y a su deporte con una exhibición a lo Van Aert en miniatura . Gana siempre el danés. Es, con tres triunfos, el otro Roglic de la carrera.
Como siempre, contrastan los datos que manejan los ciclistas con las sensaciones del aficionado ante el televisor. Acaba el día en la localidad gallega, animosa y entregada como el cien por cien de los emplazamientos por España, y los corredores echan mano de la tecnología. «Desde fuera puede haber parecido un día más sencillo para la gente de la general, pero en absoluto ha sido así. Un día durísimo; ya habéis visto las velocidades, el adelanto con el que hemos llegado», analiza Enric Mas. «Son días de locos», cuenta Antonio Jesús Soto, del Euskaltel.
Inevitable la confrontación entre el seguidor o el curioso del ciclismo y el universo de cifras que manejan en directo los corredores a través de los potenciómetros. Todos tienen razón, la velocidad extrema del pelotón, el aburrimiento sideral del televidente .
Hay fuga porque toca. Es día de recaudación en la oficina después de dos jornadas estresantes y agotadoras para los líderes en los Lagos y el Gamoniteiro. «A nosotros no nos molestaba la fuga, pero hay otros equipos con intereses», indica Roglic, portador de su 50 maillot de líder en una gran vuelta, los mismos que Fausto Coppi .
En la fuga de la fuga, la definitiva que se disgrega de la inicial y masiva, no hay españoles . Otro clásico en estos tiempos de carestía y escasez. Jakobsen, tres etapas al esprint, se corta en los primeras cotas, y los demás ven su oportunidad.
La aprecia el BikeExchange, el equipo de Matthews, notable velocista y llegador en cuesta que circula de vacío. Se quedan siete en la punta, todos pendientes de Cort Nielsen, que ganó en el Alto de Cullera y en la avenida de Córdoba. El BikeExchange los tiene a tiro, 27 segundos a diez kilómetros. Impensable, el pelotón que conducen los australianos no recorta, sino que pierde terreno. Los escapados sueñan. «Nunca pensé que llegaríamos», dice Rui Oliveira, del Emirates.
El esprint es para un hombre con confianza. Cort Nielsen no da opción a sus adversarios, llegando como un huracán por el centro de la calzada. Tercer triunfo. «Es un animal» , resume su director en el Education First, el español Juanma Gárate.
A falta de dos jornadas para la conclusión, Roglic no quiere confianzas. Perdió un Tour en la última contrarreloj. «Por mi experiencia en aquella crono, te puedo decir que no hay nada ganado hasta que no se gana», dice después de la etapa gallega.
En Galicia sigue la carrera hasta este domingo. Este sábado, con una etapa ideada por Óscar Pereiro en su Mos natal y alrededores. Estrés de cinco puertos encadenados en los últimos cien kilómetros por carreteras enredadera. Última oportunidad para los Movistar, aunque no se palpan en el ambiente pinturas de guerra.
