Patrimonio natural

Recuperar el río Navia, un reto medioambiental

La necesidad de producción de energía lo que acabó con la posibilidad de seguir contando en sus aguas con los salmones y la desaparición de los míticos pozos en los que pescarlos

Marcelo Verdeja

En el occidente de Asturias, muy cerca del límite con Galicia, con la cual hace de frontera natural en muchos puntos del interior, se encuentra el río Navia, el más largo de la vertiente asturiana con sus 178 kilómetros, de los cuales unos 40 discurren por tierras galaicas.

Su cuenca supone un 14% del total de los ríos de Asturias, la segunda más grande de esta comunidad autónoma, con una extensión de 2.572 km2, aportando un caudal medio de 65,50 m3/seg.

Nace en plena sierra de Ancares, a una altura de entre 1.300 y 1.400 metros sobre el nivel del mar y desemboca en la villa costera de Navia, que da nombre al río.

Estamos, sin duda, ante un importantísimo río, con unas magníficas condiciones para la vida fluvial en el que, durante muchos años, salmones, lampreas, anguilas y angulas remontaban sus aguas; unas para desarrollarse, otras para cumplir su ciclo vital y perpetuar la especie tanto en el cauce principal como en los numerosos afluentes que presentaban (y aún conservan) condiciones inmejorables para su desarrollo. Ríos como el Ibias, Suarna, Río del Oro, Agüeira... destacan por su capacidad de acoger estas especies migratorias.

Pero fue la necesidad de producción de energía lo que acabó con la posibilidad de seguir contando en sus aguas con los salmones y la desaparición de los míticos pozos en los que pescarlos. Aún hoy, algunos de los más veteranos pescadores recuerdan con nostalgia aquellos tiempos pasados, capturas, pozos y el tamaño de sus salmones.

Las estadísticas hasta mediados de los años sesenta del pasado siglo contabilizaban más de 1.200 salmones pescados al año, hasta que tres presas (Grandas, Doiras y Arbón) firmaron la sentencia de muerte de este emblemático río salmonero. Sobre todo la presa de Arbón, construida a tan solo 12 kilómetros de la desembocadura, cortando el paso al río Polea, único afluente con condiciones para el desove del salmón, por debajo de las otras dos presas.

A lo largo de los últimos 30 años han aumentado de forma notable los intentos de recuperación del salmón atlántico en muchos países, conscientes de que, aparte de fomentar la diversidad de las especies fluviales recuperando sus poblaciones, la pesca deportiva en las zonas rurales donde se realiza es un potencial económico y de desarrollo de esas zonas con pocas opciones industriales, que permite el arraigo de población, otorgando un buen medio de vida y evitando el abandono de las zonas rurales.

Países como Islandia, Noruega, Irlanda, Suecia... van eliminado obstáculos en los ríos, tanto naturales como creados por el hombre, en un intento de recuperar unas poblaciones cada vez menos numerosas de salmones, sin duda un problema de carácter global, tal vez por el cambio climático, la sobrepesca en el mar, las condiciones cada vez peores de los ríos...; y, probablemente por estas causas y algunas más, la situación del salmón en el mundo no es muy halagüeña.

Gran ejemplo del interés de recuperar el salmón es el de EE.U., que desde 2012 lleva desmanteladas más de 1.700 presas, tanto de la costa Este como de la Oeste, con un éxito inmediato en el retorno de salmones a los cauces de los ríos.

Pero no se trata de demoler nada (de momento), que no andamos muy sobrados de producción eléctrica.

En los últimos años, la ingeniería fluvial y la adecuación tanto de escalas para salmónidos y otras especies, así como el retorno de alevines al mar, han evolucionado mucho, siendo prácticamente aplicables a casi todos los obstáculos que se pueden encontrar en los ríos; y lo que no se soluciona con escalas se hace con otros métodos, como ascensores para peces.

Con la idea de unificar criterios, aunar voluntades y teniendo siempre en mente la idea de restablecer el ciclo vital de las especies migratorias marinas y fluviales en el río Navia, la ONG Océano Alfa (www.oceanoalfa.com) va a desarrollar una serie de encuentros y reuniones con los responsables de las consejerías de Medio Ambiente de Asturias y Galicia, asociaciones de pescadores, ayuntamientos, empresas hidroeléctricas y la NASF (North Atlantic Salmon Fund), para lograr entre todos los implicados que el salmón y el resto de especies vuelvan a repoblar el río Navia y sus afluentes, más de 80 años después de haber ascendido por sus aguas por última vez.

El río, la biodiversidad, los habitantes y el desarrollo de la zona rural de la cuenca del Navia se merecen el esfuerzo de todos para lograrlo.

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