La primavera
«La dirección de ABC toma una decisión valiente, abrir sus páginas al mundo silvestre de la mano de los que viven en ese ambiente»
La primavera, además de la jara en flor, trajo la feria madrileña de la caza que, para mejor información de los despistados, se llama Cinegética.
A los humanos, que somos sociables por naturaleza, nos ha gustado siempre reunirnos para cualquier situación, tomar resoluciones, hacer la compra o planear proyectos; al principio se usaron los atrios de las iglesias y las plazas de los pueblos para celebrar esos eventos, y con la masificación son las ferias puntuales las que priman.
En esta edición de Cinegética se presentó ABC de la Caza, unas páginas que, con periodicidad mensual, van a acompañar al diario para dar noticia de la venatoria y del campo, de las perdices y de la montanera. Nace con la ilusión de ser una ventana desde la que se contemple la naturaleza con la mirada conocedora de quienes están inmersos en ella, los cazadores.
La dirección de ABC ha tomado una decisión valiente, si se atiende a determinadas corrientes con fuerza en los medios, pero sobre todo llena de coherencia: abrir sus páginas al mundo silvestre de la mano de los que viven en ese ambiente. Un cumplido saludo por acordarse de los ciudadanos de la pana.
La nueva publicación nació bajo los mejores auspicios: se presentó en el día central de la feria y ante un público con expresión de fiesta. Alrededor había aficionados al perro de muestra, monteros rumiando la veda, taxidermia de corzos, jabalíes y hasta osos polares, agentes ofreciendo cacerías en Mongolia y en la Sierra de San Pedro, y alegría, mucha alegría para bautizar al recién nacido ABC de la Caza.
También un largo saludo para Cinegética, un acontecimiento comercial que estuvo pendiente de los motivos y los principios en que se asienta su actividad para promover premios que ensalzan el esfuerzo de los cazadores, organizar conferencias en el transcurso de su certamen y brindar un gran escenario en el que el mundo de la caza pudo disfrutar, comentar, contratar cacerías, conocer novedades en armas y óptica, e incluso, ¡milagro!, saber de los últimos libros.