Al pie de una encina
Jabalíes en Ávila
Esta especie ha proliferado tanto que ahora son habituales las monterías donde antes solo había conejos
Los jabalíes han proliferado tanto en tierras que fueron yermas que en Ávila, por ejemplo, ahora son habituales las monterías donde antes solo había conejos.
El Día de los Inocentes cacé uno de esos cotos: muy cercano a la capital, con el monte hueco tan común a las dehesas que se están cerrando, y los cielos altos y fríos tan característicos de la vieja Castilla.
La cita era casi en la linde para no dar ruido en la mancha, y allí fuimos reuniéndonos los cazadores con una taza de café caliente en la mano y con la dichosa mascarilla colgando de una oreja solitaria: monteros de todas partes y correctos en la vestimenta y en la urbanidad, sin ropa militar ni gorras americanas. Como debe ser.
Observo que desconozco a bastantes, son hijos o nietos de los amigos de siempre. A Dios gracias, la afición se mantiene.
Las rehalas de lujo: Gómez-Arroyo, Satrústegui, Valdueza, y alguna local que mantiene la bandera.
El propio dueño de la finca me llevó hasta mi postura, que cubría un collado muy próximo y un rebozo más apartado; tenía vistas a las edificaciones de la propiedad y dominaba gran parte de la mancha a lo largo de un valle profundo que termina en el Adaja. Un paso de privilegio en homenaje a una larga y honda amistad.
Antes de soltar empezó el baile, un concierto que sin error presagia siempre el éxito. Luego la dicha de los perros no se detuvo durante las tres horas que duró la cacería, algarabía de ladridos, carreras y estampidos de los rifles; los jabalíes se escurrían entre las matas de chaparro y acaban cayendo al cruzar los claros, En el recuento final el número de los cochinos, más de sesenta guarros, casi dobla al de los monteros.
Disfruté como un enano, que es bien sabido que los bajitos de cuerpo gozan mucho más que los mejor desarrollados.
Muy bien, pero ¿qué hizo el avezado montero?
Tenía que llegar la pregunta inoportuna: fallé cinco, dos a cascaporro, y maté una buena marrana.
