Fútbol Gaditano
La cara real del fútbol capitalino
El Ciudad de Cádiz de David Almorza ocupa posiciones de ascenso a Primera Andaluza y opaca al segundo filial del Cádiz CF
![Los jugadores del Ciudad de Cádiz celebran uno de sus tantos ante el San José Atlético](https://s3.abcstatics.com/media/deportes/2022/12/05/v/ciudad-de-cadiz-U74268114431XgK-1200x630@abc.jpg)
Fútbol, cámara y acción. Algo así es lo que deben pensar todos aquellos futbolistas que perciben un salario lo suficientemente importante para no preocuparse por los gastos de su vida durante, al menos, unos cuantos meses. Evidentemente hay escalones en esta teoría, pues no es lo mismo ser Karim Benzema que Rubén Sobrino, al igual que no es lo mismo ser Rubén Sobrino que Willy, ariete de 33 años que milita en el Córdoba, actual líder de Primera Federación.
El fútbol tiene rangos. A día de hoy, quien lo niegue, es un analfabeto. Es imposible, por muy mágico que fuera Zinedine Zidane sobre un campo de fútbol – que lo era – que todos y cada uno de sus hijos nazcan con aptitudes para el balompié. Al igual que es completamente inviable que todas las nuevas estrellas del fútbol sean antecesoras de otras estrellas. El hijo de Marcelo, el de Cristiano, el de Weah o el de infinitud de ejemplos que se vienen a la cabeza. El hecho de que triunfen, en un futuro, obligará a analizar el por qué lo hicieron, si por cualidades o por ‘pesaos’.
El sistema obliga a rentabilizar cada una de las acciones y actitudes del ser humano, y el fútbol no se iba a quedar fuera de un capitalismo feroz que solo piensa en la cuenta y no en cómo cuenta a las personas. Quizás, el hijo de un futbolista profesional antaño no renta lo mismo que el de un albañil a pesar de que este segundo sea infinitamente mejor. No lo sé, hablo por hablar. Cuestión de favores realizados y favores por realizar. No solo en cuestiones mínimas y locales, sino fíjense en la aberración consensuada en Catar, como la de Rusia en 2018 (un país que prohíbe promover la ‘propaganda gay’), la de Italia bajo la dictadura de Mussolini en 1934 o la Copa del Mundo celebrada en Argentina en 1978 (la que tanto celebran con orgullo a pesar de ser bajo el mandato de un genocida, pero que no les conviene tanto recordar como la obtenida en México 86 bajo el contexto de las Malvinas).
Por eso, en un deporte en el que la acción y el espectáculo se alejan de forma tan descarada de quien les da de comer lo necesario para no pasar hambre, es importante poner en valor el trabajo y el desempeño de un equipo que, sin muchas de las facilidades que ustedes imaginan que puede recibir un grupo de chavales de fútbol, ha sido capaz de poner contra las cuerdas a los más grandes del balompié provincial gaditano.
El Ciudad de Cádiz, club que da cobijo a 500 jugadores y jugadoras de todas las categorías del fútbol base gaditano, está superando obstáculos a pasos agigantados en lo que a la organización de un club de fútbol se refiere. A nivel femenino y masculino, el club gaditano es un referente para la metodología y la estructura educativa de unos jóvenes que, más allá de vestir la camiseta del Cádiz (sueño de cualquier chaval cadista que le guste del fútbol tiene), sabe que tiene otro conjunto en la capital donde puede prolongar sus aptitudes futbolísticas.
Ese es el equipo blanquirrojo, al que comanda el experimentado David Almorza en su categoría senior. El técnico gaditano, que pasó por las inferiores del Cádiz CF y del San Fernando, ha sido el artífice de la construcción de un grupo que brilla por su compañerismo. Todo comenzó hace tres años y en la última división del fútbol nacional. Hoy, el Ciudad de Cádiz es un equipo que lucha por hacer historia lejos de los focos mediáticos del fútbol capitalino y ante los ojos de su propia escritura. Hace tres años, ni David Almorza ni su segundo al timón, José Manuel Rodríguez, esperaban recibir del balompié todo el cariño recibido.
Ó quizás sí. El asunto es que nunca se rindieron y, a día de hoy, y con los pobres instrumentos que ofrece la actualidad deportiva gaditana, tienen a un equipo de Cádiz capital que, ni mucho menos, cuenta con los medios de los que disponen otros clubes de la misma Segunda Andaluza Senior. Sin ir más lejos, hace tres semanas el Cádiz C y el Ciudad de Cádiz se enfrentaban en el Complejo Deportivo Elcano. A pesar de lo que iniciales comentarios pudieran alentar, los de David Almorza se mostraron muy superiores a los amarillos y demostraron ser capaces de practicar un fútbol que nada tiene que envidiar a la cantera de un club de Primera División. El resultado final fue de 2-2 y, a pesar del empate, los gaditanos (de verdad) mostraron su superioridad durante los 90 minutos. A día de hoy, el Ciudad de Cádiz ocupa posiciones de ascenso a Primera Andaluza, por delante del segundo filial cadista que, tras la disputa de 12 jornadas, no es capaz de corroborar su superioridad técnica y pone en duda el proyecto de transición entre el Balón de Cádiz Senior y el Cádiz C (el año pasado Cádiz Fundación).
Todo esto dentro de una división que se caracteriza por su tremenda igualdad. Tal y como comenta David Almorza "el equipo inicia esta aventura Senior hace tres años desde la última categoría, la Tercera Andaluza. En esa misma temporada 2020-2021, siendo nuestro primer año y montando el equipo desde cero, se consigue el ascenso a la Segunda Andaluza. La temporada pasada fue la de remodelación de las categorías tras el COVID, y de los dieciocho equipos que componían ese grupo descendieron nueve. Mantener la categoría esa temporada fue un logro importante para el equipo”, zanja.
Además, reconoce que “esa reestructuración ha hecho que este año la Segunda Andaluza sea una categoría mucho más fuerte con equipos históricos como el Chiclana Industrial, Ubrique, San Roque, Tesorillo, Rayo Sanluqueño o el San Bernardo”.
Un proyecto que, a pesar de su humildad y de no contar con las ayudas que otros equipos sí perciben, permite que los gaditanos ocupen “puestos de ascenso a falta de tres partidos para acabar la primera vuelta, porque los jugadores están realizando un trabajo impresionante. estamos en un momento deportivo como para disfrutarlo, pero sin olvidar que nos toca hacer caja en cuanto a puntos y seguir luchando para obtener la permanencia matemática cuanto antes”.
Y es que la economía es un apartado fundamental a la hora de dirigir y gestionar un club de fútbol base. A todos se nos va la fuerza por la boca y ponemos el grito en el cielo – en un ámbito privado o de confianza – cuando alguna injusticia ocurre, pero no somos capaces por la que nosotros creemos que se desempeña en nuestro circuito. En el caso del Ciudad de Cádiz, las cuentas son algo fundamental en el día a día y es un aspecto que no se puede dejar de largo. Aquí no existen palancas ni CVC. Si no pagas, adiós. Es problema del club.
La curiosidad en todo esto es que ningún Cristiano o Messi disfrutaría de sus privilegios si no fuera por la condición de los espectadores. Porque el fútbol de verdad dejó de estar hace mucho tiempo en la tele y se quedó en esos campos de tierra que, progresivamente, se han ido convirtiendo en césped. Todo por obligación y no por convicción.
Porque existe un equipo de la capital que, aunque parezca cómodo y primario, necesita de la consistencia de terceros para poder seguir compitiendo. En este fútbol de barro no existen los buses que te recogen en la ciudad deportiva, ni la magia de encontrarte tu vestimenta limpia cada domingo ni la seguridad de que, a pesar de sufrir un accidente importante durante el encuentro, tengas la atención adecuada. Un fútbol que dista mucho de los contratos publicitarios pero que se acerca mucho más que un Mundial de Catar a la población.
Por eso, el conjunto dirigido por David Almorza es un halo de esperanza para todos aquellos que tienen capacidades para ser futbolistas, pero que, por la triste situación estructural fútbol no lo contemplan. Además, el técnico cuenta que el equipo ha ido fortaleciéndose “con jugadores que han ido incorporándose y que también han sido llamados por otros equipos de superior categoría y con compensaciones económicas. Para muchos jugadores es un club trampolín. Eso es bueno porque quiere decir que se trabaja bien, y también porque pasar por el Ciudad de Cádiz abre puertas en otros equipos. Pero también obliga a incorporar jugadores nuevos que deben adaptarse a nuestra forma de jugar, de sentir y de vivir el fútbol”, sentencia.
El domingo, el equipo gaditano venció por 3-0 al San José Atlético con goles de Fran Cepero, Beni Arroyo y Javier Lluch. Con este resultado, los blanquirrojos vuelven a las posiciones de ascenso a Primera, dejando fuera de ellas al decepcionante Cádiz C, que se encuentra a tres puntos de las mismas.
Una campaña que marcha de forma maravillosa pero que apuntaba a otras circunstancias. Tal y como apunta David Almorza, “es la tercera temporada y existe un bloque sólido de jugadores. Conocen sus funciones, ven los partidos y se comportan como un solo jugador en el campo. El ambiente del vestuario es espectacular, y es precisamente eso lo que catapulta a cualquier equipo.
En cuanto a las instalaciones, nos ha tocado el año de la reforma del Irigoyen y del Pedro Fernández, así como de las pistas de atletismo. Era una necesidad y algún día había que afrontarlo. Eso nos obligó a realizar la pretemporada entre la playa y Elcano, que es donde estamos jugando”. Una transformación que ha trastocado los planes de un cuerpo técnico que apuesta por la intensidad, brega y, sobre todo, amor a un deporte que lejos de pretensiones económicas ha unido a un grupo de distintas edades para defender un legado hasta la muerte.
Para el preparador, es importante que “en la ciudad se sepa que hay un equipo de barrio que está jugando en Segunda Andaluza. Que cuenta con jugadores que lo están haciendo muy bien, que se están esforzando mucho, que no viven de esto, sino que compaginan los entrenamientos con sus trabajos, con sus estudios, con sus familias… Ellos se merecen un aplauso enorme por todo lo que hacen. Es fácil, nuestros partidos son gratis, no hay taquillas”, zanja.
Tras 12 partidos disputados, el Ciudad de Cádiz Senior ocupa posiciones de ascenso a Primera y aventaja al tercer filial cadista en la clasificación. Mientras los amarillos defraudan, los gaditanos de verdad, los que juegan por amor al arte, no fallan. Además, no quitan la cara ante los problemas reales de la ciudad. Mientras el conjunto amarillo echa balones fuera en el trabajo por la Bahía, el Ciudad de Cádiz exhibió una pancarta en apoyo a los trabajadores. Porque a veces hacer lo que te piden no es hacer lo correcto.