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Jonathan Isaac: fin a la pesadilla que tuvo en vilo a la NBA durante 900 días
El alero de los Magic vuelve a jugar un partido tras destrozarse la rodilla en agosto de 2020

En la madrugada de ayer, en el Amway Center, casa de los Orlando Magic, se puso fin a una de las historias más duras y frustrantes de la historia reciente de la NBA. Jonathan Isaac (Nueva York, 25 años) volvió a disputar un partido de baloncesto tras 904 días de baja. El alero, uno de los grandes proyectos de la década pasada, sufrió en 2020 un desgarro en el ligamento de su rodilla izquierda, un percance que le había privado de vestirse de corto hasta ayer. Pero, como siempre, todas las pesadillas llegan a su fin.
Isaac saltó a la cancha a los cinco minutos del duelo que enfrentaba a los de Florida con los Boston Celtics, el líder de la liga. La ovación de aficionados (unos 20.000), compañeros y rivales fue atronadora y el jugador, con barba y rostro serio, pasó página. Isaac disputó nueve minutos y 36 segundos y se fue hasta los diez puntos, tres rebotes y una asistencia, además de sumar dos robos de balón, una de sus grandes especialidades. «Hubo días en los que no quería seguir adelante, pero sé que fui creado para jugar al baloncesto y darle a Dios gloria sobre este escenario», reconoció al final de un encuentro que los locales se llevaron por 113 a 98.
El calvario de Isaac comenzó, precisamente, en Orlando. La ciudad del sur de Estados Unidos había sido la elegida por la organización dirigida por Adam Silver para reanudar la competición tras el tsunami del coronavirus. De hecho, el jugador estuvo en la diana en las jornadas iniciales ya que fue el primer deportista de toda la liga que decidió no arrodillarse durante el himno de Estados Unidos, cuando todos sus compañeros de profesión decidieron utilizar el foco mediático para protestar contra la violencia policial contra los afroamericanos.
Jonathan Isaac checks into his first NBA game in 2 and a half years. pic.twitter.com/C11P1DuMEn
— NBA on ESPN (@ESPNNBA) January 24, 2023
«No creo que arrodillarme o ponerme una camiseta sea la respuesta. Para mí, personalmente, no van de la mano con el apoyo a las vidas de los negros. Por supuesto que creo que las vidas negras importan, pero para mí las vidas de los negros se apoyan a través del Evangelio. Todas las vidas se apoyan a través del Evangelio», aseguró el jugador, cuya fe le llevó incluso a convertirse en pastor de una congregación con tan solo 22 años.
Poco duró su oposición pues el macabro destino quiso que su participación en la burbuja de Orlando fuese testimonial. El 2 de agosto, en un encuentro ante los Sacramento Kings, con poco más de nueve minutos para el final del partido y con 114-86 en el marcador para los Magic, Isaac recibió en la línea de tres, se fue de su marca y cuando estaba en plena entrada a canasta, su rodilla hizo un escorzo diabólico, de esos que hacen apartar al espectador su mirada del televisor. Sus gritos de dolor hicieron aún más tenebroso al estadio que, por el coronavirus y sin espectadores, ya mostraba un aspecto fantasmagórico. Mientras todos sus compañeros se llevaban las manos a la cabeza de preocupación, Isaac abandonaba el parquet en silla de ruedas y entre lágrimas. Y entonces, un fundido en negro monopolizó su carrera. Hasta ayer.

Pese a la alegría generalizada en la NBA por su vuelta, los datos, en frío, son duros para un jugador que prometía ser una de las figuras más brillantes de su generación (arrastra un contrato de más de 70 millones de euros). Isaac, con sangre puertorriqueña y nacido en el Bronx, uno de los barrios más problemáticos de la Gran Manzana, comenzó a destacar muy pronto en las canchas de baloncesto de la ciudad.
Tras mudarse a Florida con su familia, donde cursó el instituto, fue reclutado por la universidad con mejor programa baloncestístico de la zona, Florida State. Le bastó un año en sus instalaciones para convencer a los Orlando Magic, que le escogieron en la sexta posición del draft de 2017. Pese a sus buenas actuaciones, las lesiones siempre han sido un problema: solo ha jugado 137 partidos de 457 posibles. Ahora, el deporte, le da una segunda oportunidad.