La valiosa lección del Avellino al Olimpia Milano

Celebrar antes de tiempo en cualquier deporte puede resultar muy peligroso . Hasta que el árbitro no pita el final, hasta que no se pasa la línea de meta o hasta que suena la bocina, conviene no cantar victoria. Y menos si la diferencia en el marcador respecto a tu rival es mínima.

Esta vez la vergüenza de celebrar antes de tiempo un triunfo que se acabó escapando la sufrieron Curtis Jerrels y el Olimpia Milano en un partido de la liga italiana de baloncesto. Un magnífico triple a falta de poco más de un segundo y que puso el marcador 86-83 le pareció al jugador definitivo para el choque. Tanto que decidió no correr hacia su campo para defender la última jugada. Prefirió presumir subiéndose la camiseta.

El rival, desolado inicialmente por el triple, no despreció el regalo de Jerrels y sus compañeros, que dando el partido por ganado no defendieron adecuadamente ese último segundo que se guardaba el electrónico.

Un desmarque, un pase largo y un afortunado lanzamiento desde la esquina de Ariel Filloy , sirvió para que el Avellino empatase el encuentro, para posteriormente llevarse la vitoria por 92-94. Una lección que, a buen seguro, ni Jerrels ni sus compañeros olvidarán fácilmente.