Resultado Valencia-Real Madrid
El Valencia se queda con la Liga a la primera
Nueva exhibición en rebote y defensa que desquició a un débil Real Madrid
Crónica
Basta revisar el palmarés de la Liga de baloncesto para darse cuenta de lo selecto que es el club de los campeones. Hasta ayer, solo seis equipos (Real Madrid, Barcelona, Joventut, Baskonia, Unicaja y Manresa) habían logrado celebrar este título que ya está en las vitrinas del Valencia gracias a otra exhibición ante un Real Madrid que tardó en reaccionar.
La tarde empezó en la capital del Turia con nervios y concluyó con euforia. Desde tres horas antes, los aficionados esperaban en la Fonteta a sus ídolos, conscientes los unos y los otros de que estos trenes hay que cogerlos en marcha, porque quizás tarden en volver a pasar por Valencia. Enfrente, un Madrid herido en su orgullo . Felipe Reyes había apelado a la testiculina y Sergio Llull había pedido un esfuerzo adicional después de una larguísima temporada. «El que esté cansado, que se quede en el hotel», avisó tajante el menorquín.
En estas circunstancias, no se sabía cuál de los dos equipos estaba más en el alambre: el Valencia por la presión del que tenía una oportunidad histórica , o el Madrid, con el vértigo del que sabía que era su última carta para salvar la temporada. Así que no es de extrañar la ruleta de errores que hubo en los primeros minutos. En los locales, se esperaba a Dubljevic y a San Emeterio, y sin embargo el que estuvo más templado fue un inesperado Joan Sastre. En los visitantes, sostuvieron al equipo en el primer cuarto Gustavo Ayón y Felipe Reyes . Buenas noticias para el Madrid, que por fin lograba hacer algo de daño cerca de la canasta. Ahora faltaba que también ayudaran un poco los de fuera. El punto de ventaja al final del primer cuarto, después de lo ocurrido en los dos primeros partidos, les sabía a gloria.
Pero enseguida regresaron las dudas al Madrid, que no conseguía cerrar el rebote defensivo -con lo cual regalaba segundas y hasta terceras opciones a los valencianos- y que además volvía a desquiciarse con la poderosa defensa local. Randolph no reaccionaba y Carroll seguía desaparecido . Mientras el Valencia enchufaba un triple detrás de otro, en el Madrid el único que daba la cara era Doncic. Demoledor parcial de 20-3 nada más comenzar el segundo cuarto para colocar el marcador en un 41-23 que ya parecía definitivo. La Fonteta, que había empezado animándose a los sones de «Rocky», ya bailaba a estas alturas con el «Paquito Chocolatero».
Thomas, Oriola, Rafa Martínez... Todo el que salía acertaba en ataque y defendía como un perro de presa . Buen baloncesto hombre a hombre, fantástico baloncesto de equipo. Y lo mejor para el Valencia, lo peor para el Madrid, es que no encontraba soluciones. Laso hacía cambios de tres en tres como el que mueve la baraja a la desesperada.
Reacción tardía y sin premio
El tiempo avanzaba y los veinte puntos de ventaja eran una catapulta para el Valencia y una losa para los merengues. Incluso dio la impresión de que los naranjas perdonaron antes del descanso a un Madrid tendido en la lona. Aunque parezca mentira, los 17 puntos de desventaja se presentaban como un mal menor para los blancos. El balance de 24-9 a favor de los de Pedro Martínez y el flojísimo porcentaje de los de Laso en los triples (tres aciertos de once) resumían el escenario.
Necesitaba el Madrid casi un milagro: acertar algo más en ataque -porque menos era casi imposible- pero sobre todo emplearse en defensa. Algo avanzó en lo primero, pero no en lo segundo, pues los valencianos seguían contando con opciones cómodas de tiro exterior. En el intercambio de golpes, ganaba el Valencia. El reloj jugaba a su favor.
Solo había una persona que podía romper esa dinámica y se llama Sergio Llull. El balear -y el acierto fue el responsable de una reacción al final del tercer cuarto para colocar tras 9-0 de parcial un esperanzador 67-56. El Madrid entraba en el partido.
Diot rompió desde la línea de tres la mala racha del Valencia y respondió Nocioni. Se puso a siete el Madrid con otra genialidad de Llull. Al Valencia le empezaba a temblar la muñeca. El miedo a ganar. Los rebotes ofensivos sostenían a un equipo que entró en los tres últimos minutos con diez puntos de ventaja y no desaprovechó una oportunidad histórica . Ayer Valencia durmió en el selecto grupo de los campeones.