Baloncesto

La trágica historia de Caleb Swanigan, muerto a los 25 años, sacude la NBA

Fue jugador de los Blazers y los Kings durante su breve paso por la liga estadounidense

S. D.

La historia de Caleb Swanigan (Indianápolis, 1997), parecía encaminada a la tragedia y así ha sido finalmente. El jugador de baloncesto, que tuvo un paso fugaz por la NBA, ha fallecido a los 25 años por causas naturales según confirmó la universidad de Purdue.

«Estamos devastados. Nuestros pensamientos y rezos van a su familia y amigos. Perdimos a un alma gentil en la última noche. Te queremos, 'Biggie'», escribió la institución educativa en la que este deportista se hizo un nombre en el baloncesto estadounidense.

Los problemas de Swanigan comenzaron ya en su infancia, con un padre adicto al crack y la cocaína y que maltrataba a su madre. Ese ambiente le causó desórdenes alimenticios, llegando a alcanzar los 180 kilos de peso con tan solo 13 años. Pese a todo, sus dotes para el baloncesto parecieron rescatarle de aquel entorno. Roosvelt Barnes, un exjugador de fútbol americano se ofreció a guiarle y consiguió llevarlo hasta la élite de este deporte.

En el instituto, en Indiana, consiguió destacar y colocarse entre los 20 mejores jugadores de su edad en todo el país. Eso hizo que varias universidades llamasen a su puerta, pero decidió permanecer en casa, en la Universidad de Purdue. Allí se erigió en uno de los mejores reboteadores de la competición, convirtiéndose en All-American. Así se presentó en el Draft de 2017 , donde fue seleccionado por los Portland Trail Blazers. Sin embargo, la falta de minutos le relegó a la liga de desarrollo y a mitad de la siguiente temporada acabó haciendo las maletas rumbo a los Sacramento Kings.

De vuelta en los Blazers, en plena pandemia, el frenazo de su carrera se convirtió en parón. Se negó a acudir a la burbuja de la NBA en Orlando , con la que la mejor liga del mundo quiso combatir la pandemia de coronavirus, y esa fue su sentencia: no volvió a jugar un partido oficial.

Después de aquello se le había vuelto a ver en 2020, cuando fue arestado por posesión de drogas. Un año después, durante una visita a los juzgados, mostró una imagen muy deteriorada tras haber ganado casi 65 kilos desde su retirada del baloncesto.

Ante las burlas en las redes sociales su excompañero en los Blazers Damian Lillard tuvo que salir en su defensa.

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