Baloncesto
Thompson vuelve tras casi 1.000 días de baja ¿Puede volver a ser el de siempre?
El escolta, uno de los símbolos de los Golden State Warriors tricampeones, se viste de corto tras superar una rotura de cruzado y otra del tendón de Aquiles
La última vez que Klay Thompson jugó un partido de la NBA fue el 13 de junio de 2019. Aquel día, los Golden State Warriors disputaban el sexto partido de las finales, que perdían por 3-2 contra los Toronto Raptors. Kevin Durant, ejecutor del dominante esquema de los californianos, se había lesionado en el duelo anterior y todas las esperanzas recaían sobre Stephen Curry y Thompson , dos de los francotiradores más letales desde Vasili Záitsev. A falta de poco más de tres minutos para el fin del tercer cuarto, un robo de los de San Francisco propició un rápido contraataque: Thompson recibió en ventaja, se lanzó a por el aro, sacó la falta y, al caer, se destrozó la rodilla. Al escolta, talentosa estrella con mentalidad de minero, se lo tuvieron que llevar a hombros mientras su parroquia enmudecía. Fiel a su estilo, volvió cojeando a la pista a tirar los tiros libres que por derecho le pertenecían, metió ambos y dejó a sus compañeros con una ventaja de cinco puntos, pese a que finalmente claudicaron contra los canadienses. Desde entonces, un fundido a negro de 941 días , una pesadilla que se vio consumida por la luz la pasada madrugada. Thompson, ante los Cavaliers, se fue hasta los 17 puntos en apenas 19 minutos.
Sale de titular
— NBA Spain (@NBAspain) January 10, 2022
Anota los primeros puntos de su equipo
Deja un matazo
Termina con 17 puntos
Sí, ha vuelto @KlayThompson 941 días después y ha hecho esto 🙌 pic.twitter.com/xX83GyzKsp
Tras la fatídica acción, Thompson fue diagnosticado con una rotura del ligamento cruzado anterior, una lesión que le mantuvo de baja cerca de siete meses. Tras cientos de horas de rehabilitación, el jugador estaba listo para volver a la acción en noviembre de 2020. Sin embargo, en uno de sus primeros entrenamientos completos con el grupo, el 'crack' volvió a sonar en su cuerpo: el tendón de Aquiles estaba roto , una lesión mucho más preocupante para un jugador de baloncesto y que le devolvió a las catacumbas del deportista lesionado. Dos golpes durísimos que apagaban la luz de uno de los jugadores más emblemáticos de la última década, capaz de forjar varios de los récords más inverosímiles que los aficionados hayan visto.
Por ejemplo, aún mantiene el máximo de puntos anotados en un cuarto de la NBA, 37 nada menos. Asombrosa también fue su actuación un año después ante los Indiana Pacers, contra los que sumó 60 en menos de media hora y con solo 11 botes de balón. Un tirador letal, con una gran mentalidad colectiva y ética de trabajo inigualable, condiciones de las que se aprovecharon los Warriors para construir, junto a Curry, Durant y Draymond Green, la última gran dinastía de la NBA, con cinco finales disputadas (2014-2019) en las que consiguieron tres campeonatos. Por todo esto, la dirección del equipo, en un acto de lealtad de esos que escasean en el deporte moderno, no dudó en renovarle apenas 20 días después de su primera lesión por cinco años a cambio de 190 millones de dólares. Pero, pese a un pasado glorioso, es el futuro la incógnita en la carrera de Thompson, pues aunque siempre será considerado como uno de los mejores escoltas de la liga, está por ver si puede exprimir sus últimos años de carrera o incluso ser el mismo de siempre.
Pronóstico favorable
«La rotura del cruzado es menos preocupante en el baloncesto que en otros deportes. Por ejemplo, en fútbol los saltos son más descontrolados, y la zona puede volverse a resentir con mayor facilidad. El jugador de basket se mueve habitualmente en una dirección y la rodilla está más protegida. Es la lesión en el Aquiles la que puede traer problemas», explica a ABC el doctor Pedro Luis Ripoll, director de Ripoll y De Prado , centro de excelencia FIFA. El especialista en medicina deportiva argumenta que tras una rotura del tendón, las nuevas fibras que lo recubren nunca alcanzan la misma calidad que las originales y que se vuelve una zona especialmente sensible. «Thompson es un tirador, estará menos expuesto que un penetrador por ejemplo. Durante el tiro de tres en estático el Aquiles no sufrirá tanto, aunque sí puede hacerlo en los tiros en suspensión, con caídas más bruscas y desde más altura», explica Ripoll.
El factor miedo, además, marcará en buena medida la reincorporación de Thompson a la NBA. «Probablemente, la inseguridad le vendrá más durante el juego y no derivada de su estado físico, su readaptación psicológica a la élite es la clave . Todo dependerá de cómo haya trabajado estos últimos meses, pero seguro que su cuerpo está preparado para volver a la pista. En conclusión, con los datos en la mano, el pronóstico para Thompsom es favorable. Que sea un tirador también ayuda. A medida que meta los primeros lanzamientos, su confianza irá en aumento».