Liga Endesa
La sombra de un positivo sobrevuela el torneo de la ACB
Varios clubes y jugadores consultados creen altamente probable que se pueda producir un contagio si no hay test masivos durante la competición ideada por la Liga Endesa para decidir el campeón
Cuesta ver a los clubes de la ACB remar todos al unísono, pues la mayoría de las veces los intereses contrapuestos de los diferentes equipos hacen inviable tomar ninguna decisión importante en la Asamblea. Quizá por eso, el acuerdo alcanzado ayer por unanimidad –al menos, de puertas para fuera– representa la relevancia del mismo. Un camino exprés para decidir al campeón de la Liga Endesa, con un torneo de dos semanas a disputar en una sola sede entre los doce mejores equipos. Catorce días de competición que comenzarían a finales de junio siempre que la situación sanitaria lo permitiera. Luz verde que debe dar el Gobierno antes de que acabe mayo, pues ese mes marca la fecha tope para que se ponga en marcha este nuevo sistema o se declare nula la temporada.
La satisfacción al final de la reunión entre los clubes era dispar. Unos pocos, los peor clasificados, veían alegría el acuerdo. No habrá descensos ya , pase lo que pase, pues en cualquiera de los dos escenarios (torneo o suspensión) queda descartado que ningún equipo pierda la categoría; en la zona media, cualquier posibilidad por acabar la temporada y que fluyan los ingresos, por pocos que sean, era vista con buenos ojos, pues la crisis que se avecina aprieta y que haya un epílogo con final feliz ayudaría aliviar la situación económica; en el caso de los grandes, su visto bueno vino condicionado por la promesa de un futuro sin tanta carga de partidos y por su propio escepticismo por que el sistema ideado y aprobado ayer vea finalmente la luz.
Si se supera el condicionante médico y político y se pone en marcha el mecanismo deportivo, habrá que empezar a contar los días a partir del mes de junio. Será ahí cuando se inicie una pretemporada de (mínimo) tres semanas que sería la antesala del torneo por el título. Esos entrenamientos se llevarían a cabo en las instalaciones de cada club con las medidas de seguridad aconsejadas por el Consejo Superior de Deportes en los últimos días. Una primera prueba de fuego para contener al virus y que no haya infecciones entre los integrantes del cuerpo técnico y las plantillas.
Según ha podido saber ABC, no se ha establecido aún ningún protocolo médico , aunque la idea de la liga es que todas las personas inmersas en ese torneo pasen un test antes de quedar concentrados en la sede elegida. No está claro si esos test se repetirían antes de cada encuentro para evitar un contagio masivo a mitad de campeonato. Una posibilidad que echa para atrás a muchos jugadores y provoca el recelo de algunos clubes.
Recelo de los jugadores
«Por mucho confinamiento que se haga, el contacto con personas del exterior es inevitable. Nadie nos ha contado qué pasaría si hay un positivo al tercer partido o, peor, si eso ocurre antes de las semifinales», explican a ABC desde uno de los clubes clasificados. Dudas que deberán ser aclaradas por la ACB en las próximas semanas, a la espera de que el Gobierno explique si da luz verde al regreso del deporte profesional.
Por eso, la elección de la sede es uno de los puntos claves del acuerdo. Toda vez que la presencia de público parece muy poco probable, lo más importante en la elección será la situación médica de la región. En ese sentido, de las tres opciones que se han puesto sobre la mesa hasta ahora –Madrid, Andorra y Canarias– es la última la que tiene más opciones. Primero, por el apoyo del gobierno regional expresado hace unos días y, segundo, porque la evolución del coronavirus en las islas es muy buena. Además, la ausencia de turismo internacional liberaría muchas plazas hoteleras. En cualquier caso, no se tomará una decisión hasta el próximo mes.
El sistema de competición aprobado dividiría en dos grupos a los doce clubes mejor clasificados actualmente . Esos seis equipos se enfrentarían entre sí y los dos mejores pasarían a una Final Four de la que saldría el campeón. 33 partidos en dos semanas. Uno cada dos días para cada equipo. Siete en total para levantar el título. Camino exprés que abre la opción a una sorpresa, pues no hay margen de error, y que levanta los recelos de los grandes.
Complicado horizonte de futuro
Los jugadores, protagonistas principales de todo el asunto, manifestaron ayer a través de la ABP su interés en acabar la competición con la única premisa de hacerlo bajo unas medidas sanitarias seguras.
Por otra parte, la ausencia de descensos dibuja un horizonte complicado para la Liga, pues por convenio debe aceptar dos equipos provenientes de la LEB Oro , lo que convertiría a la ACB en una liga de 18 equipos a partir de la próxima temporada. El jueves se reúnen los clubes de LEB para decidir el futuro de su competición y si finalmente hay dos o más candidatos al ascenso.
En ese caso, los clubes de la ACB ya dejaron claro ayer que habría que idear un nuevo sistema que aliviara un poco la carga de partidos de la competición, pues es inviable sumar cuatro nuevas jornadas y compatibilizarlas con la ampliación de la Euroliga.
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