NBA
Ricky Rubio y el sueño inesperado de los Suns
Phoenix, con siete triunfos, es el único invicto en la burbuja de Disney World y aún aspira a los playoffs
En Disney World , la historia más bonita es la de los Suns, pura fantasía en un recinto mágico. En esta atípica NBA , sin gente, sin bailes y de escaso folclore, un equipo con el que nadie contaba irrumpe de manera asombrosa y acapara todos los titulares. No es para menos. Phoenix , que llegó a esta fase final como una comparsa, es el único conjunto que no conoce la derrota y, con su esplendoroso siete de siete (su mejor racha desde diciembre de 2014), sueña con meterse en los playoffs, que sería lo equivalente a un título viniendo de donde venía.
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Manda Ricky Rubio en Phoenix, piloto de la franquicia, pero asombra especialmente en estos días de ilusión Devin Booker, que presenta unos números de All Star y se va más allá de los 30 puntos cada noche. «Estamos hambrientos y sabemos que nuestras opciones pasan por acabar 8-0 y que el resto de equipos pierdan, así que esa es nuestra meta, partido a partido, tratando de salir y ganar cada noche», apuntó Rubio hace unos días, cuando el objetivo era una quimera. Ayer, su equipo ganó a los Sixers (130-117) y el catalán aportó 16 puntos y 10 asistencias.
Opciones reales
De este modo, los Suns echan cuentas y ya saben qué tiene que pasar para que se produzca el milagro. Son (33 triunfos y 39 derrotas) y por delante están los Grizzlies (33-39) y los Blazers (34-39), así que las opciones de Phoenix pasan por vencer a los Mavericks y esperar a que Portland y Memphis patinen. Acabarían así en la novena plaza y tendrían que disputar un «play-in» contra el octavo ( una especie de promoción ) en el que tendrían que ganar dos partidos antes de que su rival ganara uno. Difícil, muchísimo, pero no es imposible.
Hay una química especial en los Suns en la burbuja de Disney World y se palpa en la cancha. A base de trabajo, el conjunto de Arizona, dirigido por Monty Williams , ha pulido muchos de los defectos que le colocaban en la cola del pelotón, fruto también de una excesiva juventud. Hay mimbres de sobra como para que la franquicia crezca y esté en condiciones de pelear en el futuro, pero nadie esperaba que la progresión fuera tan rápida y que el estallido llegara este mismo año.
«Ha sido una transición de una temporada a otra y eso ha ayudado al crecimiento. También el empezar ganando y que el momento vaya rodado, ayuda muchísimo y sabemos que no podemos fallar, que tenemos que ganar todos los partidos e incluso así tenemos que esperar que algún resultado de algunos equipos nos favorezca. Así que nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo e intentaremos ganar lo que queda», sostiene Rubio, que promedia este curso 13,1 puntos por partido con 8,7 asistencias y 4,7 rebotes.
Paternidad y coronavirus
El español es ya un jugador muy respetado en la NBA, voz autorizada y seguramente la más reflexiva de los Suns. Su vida, llena de emociones, ha dado un giro desde que es padre y habla con madurez, aunque de eso siempre ha ido sobrado. Dio positivo por coronavirus mientras se preparaban para esta fase final de temporada y no da la impresión de que arrastre síntomas.
«En los entrenamientos ya habíamos visto que muchos jugadores habían pegado un paso adelante. Durante la temporada tuvimos algunas lesiones que no nos dejaron coger mucho ritmo. Y es difícil, sobre todo en una temporada cuando eres un equipo joven y no tienes la experiencia, pero veníamos con muchas ganas, con la ilusión del que no tiene nada que perder y estamos ahí». Muy cerca, pero todavía muy lejos.
Visto lo visto, es más factible que sean los Grizzlies los que pinchen, pues Portland cuenta con un maravilloso Damian Lillard, autor de 61 puntos ante Dallas . Es el segundo jugador en la historia, tras Chamberlain, que acumula tres partidos con 60 puntos o más en el mismo año.