NBA
El regreso de Durant tras 552 días de pesadilla
El alero de los Nets, que cayó lesionado en la final de 2019 ante los Raptors, volvió a jugar anoche tras casi un año y medio
Habían pasado apenas unos segundos desde el inicio del partido cuando Kevin Durant recibió la pelota en la línea de triple. Miró a su defensor y lo dejó atrás con un primer paso demoledor, seña propia de identidad, que le permitió encarar el aro sin oposición. Libre de ataduras. Como si de repente hubiera dejado atrás todos los meses de recuperación y los miedos. Todos los nervios. Una galopada que terminó por fundir sus brazos infinitos con la canasta, hundiendo la pelota dentro del aro. Un mate, uno más en su carrera, pero con significado especial. Pues llevaba sin pisar una cancha desde junio de 2019, cuando se rompió el Aquiles en el quinto partido de la final de la NBA ante los Raptors . Lesión que terminaría costándole el anillo a Golden State y que acabó con el alero poniendo rumbo a Brooklyn .
Desde aquella infausta noche en la que se retorcía de dolor hasta su regreso han pasado 552 días , en los que el alero reconoce haber pasado miedo. Porque aunque había sufrido ya varias lesiones en su carrera, ninguna había sido tan dura como esta. «Ya había tenido otras operaciones antes, pero la recuperación más larga había sido de tres meses. La primera fase de rehabilitación del Aquiles fueron más de ese tiempo. Ni siquiera podía caminar. Tenía que ir a todos los sitios en carrito », reconocía el jugador.
En este tiempo, Durant ha tenido muchos altibajos. Lógico si tenemos en cuenta que se trata de una de las lesiones más duras para un jugador de baloncesto, pues mina su capacidad de salto. De hecho, muchos ni siquiera vuelven a jugar y de ahí que el miedo se apoderara de él durante varias semanas. El alero tuvo que aprender a caminar y a saltar después de meses completamente parado . Casi como empezar de cero. Un proceso que muchos no superan. Según la estadística, casi la mitad de los jugadores mayores de 23 años que se rompen el tendón de Aquiles no vuelven a las pistas y el resto lo hace con números sensiblemente inferiores a los que tenía anteriormente. Es el caso, por ejemplo, de Kobe Bryant , que sufrió esta misma dolencia, aunque en su caso contaba ya con 35 años, por los 31 que tenía Durant cuando cayó lesionado.
El coronavirus cortó en seco la rehabilitación del alero de los Nets y no solo por su irrupción en el mundo. El propio jugador se contagió al principio de la pandemia , lo que le obligó a parar el proceso de recuperación. Fueron semanas sin apenas balón, en las que la cabeza dio muchas vueltas. Demasiadas. « Había visualizado tanto este momento que me sentía ansioso , especialmente cuando estalló la pandemia y no veía claro cuándo podría comenzar la temporada», asumía ayer el jugador tras protagonizar un debut esperanzador con su nueva camiseta.
Estreno feliz con los Nets
Seguramente no fue como él lo soñó, pues no había público en las gradas del Barclays Center y tampoco pudo estar rodeado de su familia. Ni siquiera su madre Wanda , con la que le une una relación muy especial y que ha sido uno de sus apoyos durante estos meses. Aun así, para Durant fue una liberación. «Estaba nervioso, claro, pero me sentí bien. Volver a la rutina con mis compañeros, pisar la cancha y sentirme de nuevo jugador fue un momento especial . No creo que jugara especialmente bien, pero no era lo importante», apuntó el alero, autor de 15 puntos en algo más de veinte minutos de juego.
Su vuelta provocó un aluvión de reacciones en el mundo NBA , pues hace tiempo que compañeros y rivales esperaban este regreso. El más esperado por la dimensión de Durant y de la operación sufrida. «Es increíble. Es una lesión de la que muy poca gente se recupera. Es bonito verle de nuevo en una cancha de baloncesto. Creo que todo el mundo le echaba de menos. Yo, al menos, lo hacía », señaló ayer Steve Nash , el técnico de los Nets.
Él ha sido uno de los que ha seguido con más mimo la rehabilitación, pues sabe que en su regreso descansan buena parte de las opciones de llevar el anillo a Brooklyn por primera vez . Tras años luchando por hacer un proyecto campeón, parece que los Nets están ahora más cerca que nunca de conseguirlo. Recuperado Durant para la causa, con Irving también en plena forma, la franquicia sigue trabajando para llevar al vestuario a James Harden , lo que completaría un trío mágico que situaría a los Nets en lo alto de las apuestas. Un sueño para la franquicia y también para Durant, que tras volver a jugar solo piensa ya en ganar otro anillo.