Euroliga | Real Madrid-Galatasaray
El Real Madrid despierta a tiempo de la siesta ante el colista
Cuarta victoria blanca en la Euroliga que llegó ante un Galatasaray batallador que obligó a los blancos a un esfuerzo final
Crónica
Visitaba el Palacio el colista de la Euroliga . Un Galatasaray que no conocía la victoria y que invitaba a la relajación del Real Madrid. Otras temporadas, esa ausencia de éxitos sería sinónimo de problemas o de falta de calidad en el equipo, pero en esta nueva Euroliga del todos contra todos, el principal problema del conjunto turco ha sido el calendario y la mala fortuna.
A primera vista, el equipo de Ataman tiene buena pinta . Músculo, velocidad, buen tiro exterior y líderes como Dentmon o Russ Smith. Una mezcla que invita al optimismo y que en Madrid, sin apenas presión, funcionó casi por primera vez en la temporada europea.
Micov fue el primero en probar su puntería de larga distancia y su acierto brutal durante la primera mitad (4 de 4 en triples) invitó a sus compañeros a seguir el mismo camino. Golpeaban los turcos desde el perímetro, mientras que el Madrid trataba de limitar los daños por medio de Llull y el juego interior. Por ahí, Hunter, Ayón y Randolph eran muy superiores a las torres de Ataman, incapaces de achicar el agua cerca del aro.
En el intercambio de golpes, salía vencedor el Galatasaray, que llegó a ir dominando hasta por siete puntos en la primera mitad (34-41, min. 15) hasta que Doncic hizo su entrada en escena. El esloveno, que ya ha perdido el rubor, ayudó a estrechar la diferencia y al descanso solo dos puntos separaban a ambos equipos.
La siesta del Real Madrid se alargó aún unos minutos. Tiempo que le sirvió al Galatasaray para cargarse de confianza y soñar con la victoria (54-57, min. 27). Los turcos, asidos a la polivalencia de Preldzic y la buena dirección de Guler sobrevivieron al vendaval de Llull en el tramo final del tercer cuarto. Once puntos consecutivos enjugados por el Galatasaray para llegar con vida a los últimos diez minutos en los que Laso exigió más intensidad defensiva para evitar un disgusto.
Aún así, el Galatasaray nunca bajó los brazos y a cada acierto blanco le seguía uno naranja. Ida y vuelta sin descanso que se decantó del lado blanco por los chispazos de calidad en la zona y la omnipresencia defensiva de Rudy Fernández .