Real Madrid-Fuenlabrada
El Real Madrid no entiende de sorpresas
El campeón pasa por encima de un buen Fuenlabrada, incapaz de hacer frente al vendaval de juego blanco
Crónica
El terremoto sufrido el jueves en la Copa por Barcelona y Valencia Basket había puesto sobre aviso al Real Madrid . El campeón se veía las caras con otro modesto como el Montakit Fuenlabrada, que además le había ganado en la Liga Endesa hace solo unas semanas, así que no valía salir despistado. No con todas las señales de advertencia apuntándole. No con el camino expedito tras la eliminación de sus grandes rivales por el título.
Con esa premisa, los blancos mostraron su cara más intensa desde el inicio, con un Gustavo Ayón en estado de gracia, que se bastó para liderar las primeras ventajas del Real Madrid. El mexicano atraviesa un momento dulce. El mejor desde que llegó a España la temporada pasada. Su lesión en el hombro es historia y su presencia en la cancha se hace más y más grande en cada partido. Un gigante que impone su ley en ataque y que en cuartos, en solo diez minutos, había anotado ya 10 puntos para desesperación de Cuspinera .
El técnico del Fuenlabrada no encontraba la solución para frenar al mexicano y eso que su equipo salió con arrojo al partido. Sin miedo. Con la misma receta con la que Herbalife Gran Canaria y Bilbao Basket habían derribado hace unas horas la puerta de la historia. En su caso, la tarea resultó mayúscula, porque a Ayón se unieron Nocioni y Taylor en el segundo cuarto para romper el partido antes incluso del descanso. El argentino, duda junto a Felipe Reyes hasta el último momento , jugó y derrochó energía en la cancha. Un triple suyo dio inicio al festival blanco del segundo cuarto, en el que hasta Jeffrey Taylor apareció en la fiesta.
Al Fuenlabrada, que hasta entonces había anotado con facilidad, se le agotaron las ideas atrapado en la defensa blanca. Lima, el último en llegar al vestuario del Real Madrid , le dio al equipo un plus de intensidad y por ahí empezó a acabarse el partido. Un parcial de 22-3 dejó claro que no iba a haber una nueva sorpresa en el Coliseum, con Taylor en plan figura, demostrando por primera vez en la temporada lo que puede dar de sí su juego.
La distancia al descanso era tan grande (54-34) que la segunda mitad sirvió para que los fuenlabreños se reivindicaran con puntos y buen juego, mientras el Madrid reservaba fuerzas para semifinales . Ahí se las verá con un nuevo aspirante a su trono copero. Un asiento del que los blancos no se quieren levantar, alargando su hegemonía y terminando, de paso, con la Copa de las sorpresas.
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