Real Madrid-Andorra
Randolph evita el desastre blanco en la Copa
Un triple del pívot forzó la prórroga, donde el Real Madrid acabó con la resistencia de un heroico Andorra que se quedó a las puertas de dar la primera sorpresa del torneo
Crónica
Acostumbrado a ganar casi por rutina, el Real Madrid se había olvidado de la heroica. Quedaba lejos aquel tiro imposible de Llull que le dio el título en la Copa de 2014 o las remontadas que le ayudaron a conquistar la Euroliga un año después. La máquina casi perfecta que Laso engranó el año pasado había dejado a un lado la épica y, quizá por eso, al Real Madrid le costó más ganar ayer al Morabanc Andorra. El equipo de Peñarroya, que llegaba a la Copa como el más débil de los aspirantes, puso contra las cuerdas al campeón, al que llevó al límite. Rozó con la yema de los dedos el triunfo hasta que Randolph anotó un triple a falta de cuatro segundos para el final con el que forzó la prórroga . Cinco minutos extra en los que el Madrid no encontró rival, porque el Andorra había bajado los brazos en esa canasta postrera del americano. Un triple que llegó tras una polémica acción de Llull, que cometió campo atrás justo antes de asistir al pívot en una jugada que los árbitros no apreciaron y que permite al Real Madrid seguir aspirando a sumar su cuarto título de Copa consecutivo.
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Tardó mucho en entrar en juego elequipo blanco, superado durante toda la primera mitad por un Morabanc Andorra muy motivado. Decía Laso en la previa que solo con ilusión no se gana , pero el conjunto azulón estuvo muy cerca de lograrlo. El partido se le puso cuesta arriba al conjunto blanco tras un inicio desastroso. No funcionaba nada en el equipo de Laso, desesperado en la banda mientras el Andorra iba aumentado la distancia en el electrónico. Shermadini, una pesadilla cuando el Morabanc visitó el Palacio hace unas semanas, volvió a erigirse en un gigante para hacerse dueño de la zona. El georgiano dominaba con facilidad bajo los aros y el celo en su defensa dejaba muchos espacios, por donde fueron sumando sus compañeros.
El desastre del Real Madrid se tradujo en una desventaja de dieciséis puntos (21-37, min. 17) que obligó a Laso a pedir un tiempo muerto fugaz. El técnico, muy enfadado, apenas pronunció unas palabras cargadas de tensión antes de mandar a sus jugadores de nuevo a la batalla sin agotar el tiempo reglamentario. Esos segundos de reflexión sobre la pista, y la entrada de Nocioni, le dieron un impulso al campeón, que llegó al descanso con vida (33-43) y esa era la mejor noticia para ellos.
El paso por los vestuarios ejerció un efecto balsámico para el Real Madrid. Llull y Ayón, desaparecidos en la primera mitad, lideraron la lenta remontada blanca , cimentada en la defensa sobre los hombres altos del Andorra y en el acierto de sus dos estrellas. Tras verse con media victoria en el bolsillo, al conjunto de Peñarroya le pesó la responsabilidad. Las muñecas se atenazaron por momentos y donde antes había descaro comenzó a haber miedo. En diez minutos, el Real Madrid había enjugado la diferencia que tanto le había costado acumular al Morabanc y dejó el choque equilibrado antes del último cuarto, aunque la cuarta falta de Ayón abrió una puerta para la esperanza andorrana.
Había conseguido lo más difícil el conjunto madridista, pero tras ponerse por delante de manera fugaz volvió a sucumbir frente al vendaval del Morabanc. Un mate de Shermadini sobre la defensa estéril de Nocioni encendió al Buesa Arena y devolvió la confianza a los de Peñarroya. Cualquiera se atrevía ya con el aro del Madrid, que capeó el temporal desde el perímetro como único recurso para anotar en ausencia del mexicano.
El encuentro era ya una moneda al aire, igualado hasta que un parcial de 7-0 puso contra las cuerdas al campeón (75-82) con un minuto por jugarse. Nocioni, que nunca se arruga, sumó un triple cuando todos celebraban la eliminación blanca. Nadie recordaba ya el espíritu indomable de este equipo. Acertó también Carroll para poner a un punto a los blancos antes de que Albicy anotara dos tiros libres que dejaron 14 segundos para la épica . Cruzó Llull el campo -pisando la tenue línea pintada que delimitaba los dos campos- y le dio el balón a Randolph para que el americano, el más lúcido del Madrid en toda la noche, encargara una prórroga que era un funeral para el Andorra. .