Euroliga | Final Four
El Real Madrid cae en la final de consolación
El equipo blanco pierde ante el CSKA en la lucha por el tercer puesto y se marcha de Estambul con dos derrotas
Crónica
Los partidos de tercer y cuarto puesto no son una final de consolación. Son un castigo para los perdedores de las semifinales. Son siempre son partidos incómodos; sin gloria posible, solo un fracaso maquillado. Son encuentros que nadie quiere jugar porque lo único que puede ocurrir es que uno salga todavía más escaldado. Es lo que le ha pasado al Real Madrid en la Final Four de Estambul, en la que hasta los más optimistas calificarían su participación como un desastre absoluto.
Tras una fase regular impecable, los de Pablo Laso han terminado perdiendo los dos últimos de partidos del calendario europeo. Y si ya contra el Fenerbahçe nunca consiguieron poner la más mínima emoción en el marcador, ante los rusos del CSKA Moscú han terminado cayendo por 24 puntos .
Al Madrid le volvió a costar entrar en el partido, aunque no tanto como en la semifinal contra el Fenerbahçe . A pesar de anotar solo una canasta durante los primeros cuatro minutos y medio, la omnipresencia de Anthony Randolph en defensa evitó que los rusos abrieran mayor hueco en el marcador. Y con la muñeca de Sergio Llull menos fina de lo habitual, era Gustavo Ayón, bajo el aro, el que arrastraba al Madrid en ataque.
Ante los cánticos de los aficionados turcos, que ya empezaban a ensayar para el infierno que tenían preparado para la final contra el Olimpiacos, los blancos fallaron todos los triples que lanzaron durante el primer cuarto. El CSKA, mientras, se encontraba más y más a gusto en ataque. El norteamericano Kyle Hines consiguió levantar los aplausos de los pocos seguidores rusos presentes con el primer mate del día.
La entrada de Jaycee Carroll y Luka Doncic aportó dinamismo , pero el aro parecía que se había cerrado. La pelota simplemente no quería entrar. Rudy Fernández y Llull seguían a cero y solo Felipe Reyes, que no había jugado contra el Fenerbahçe, acertaba a canasta.
En la otra parte de la cancha, la batuta de Milos Teodosic , de quién si no, dirigía a su equipo. El serbio se gustaba con sus asistencias mirando para otro lado, y eso que estuvo muy lejos de su mejor versión en el tiro.
La final de consolación se convertía en el tercer y cuarto puesto de la apatía. Los blancos seguían desconectados, con Dontaye Draper tratando sin éxito de sacar frutos desde la línea de tres. Los madridistas terminarían el encuentro con una decepcionante estadística de 6 aciertos en los 26 triples lanzados. Al filo del descanso la diferencia llegaba hasta los 21 puntos, aunque la aparición en escena de Andrés Nocioni , otro de los que no estuvo en la semifinal contra los turcos, maquilló el marcador al final de la primera parte a ‘tan solo’ 13 puntos.
Los jugadores se iban al vestuario y lo más emocionante seguía siendo, sin duda, la batalla de cánticos entre las aficiones turca y griega , que anticipaba lo que iba a ser una gran final de alto voltaje.
En la segunda parte el Madrid salió más metido en el partido, con una defensa más intensa, aunque los problemas se mantenían. Pérdidas en ataque, fallos en los tiros e incapacidad para detener el avance de los rusos, ahora de la mano de Nando de Colo . Los minutos avanzaban y la diferencia apenas se recortaba.
Los blancos sufrían desde fuera y desde dentro de la zona. El estadounidense Aaron Jackson, con tres triples de cinco, y, Hines con 14 puntos, abortaban cualquier conato de devolver la emoción a la cancha.
El CSKA ganaba y dominaba y lo peor es que daba la sensación de que ni siquiera estaban pisando a fondo el acelerador . Que todo acabe cuanto antes y volvamos a Madrid, parece que Pablo Laso les dijo a sus jugadores en el último tiempo muerto del encuentro, cuando los blancos salieron a la cancha cuando las cheerleaders todavía bailaban. La Euroliga se había escapado hacía ya dos días y más valía pensar en el MoraBanc Andorra.