Playoffs Liga Endesa
El Madrid se transforma en tormenta
Un parcial de 17-0 de los blancos tras el descanso decanta el primer duelo de las semifinales para los de Laso
Crónica
El Real Madrid se llevó el primer partido de las semifinales de la Liga Endesa ante el Baskonia tras una gran segunda parte. Después de dos cuartos muy igualados, en los que los vascos se mostraron firmes en sus intenciones, los blancos volvieron del descanso como una tormenta. Un parcial de 17-0 permitió a los de Pablo Laso tomar una ventaja de la que los de Vitoria nunca supieron reponerse, pese a que tras la tunda siguieron compitiendo con ambición. La actitud defensiva de Tavares y la fina muñeca de Causeur (16 puntos) fueron los pilares sobre los que se auparon los locales para zanjar el duelo. Hoy (21.00 horas, Vamos) comienza la otra semifinal, que enfrentará al Barcelona contra el Juventut de Badalona.
Fue Tavares el que prendió la mecha del encuentro. El gigante caboverdiano era un tsunami, no había dique que lo detuviese en su empeño de agarrar rebotes en ataque, y abundaban, porque el Madrid salió al WiZink con la mirilla algo oxidada. Tampoco estaba fino el Baskonia, que solo sonreía cuando conseguía correr, empaquetado cuando le tocaba atacar en estático. Sin bases sobre el campo (Williams-Goss y Alocén están lesionados y Hanga se cargó pronto de faltas), los blancos se encomendaron a su batallón de inmortales. Llull anotó tres triples seguidos antes de encarar los vestuarios por un problema en el muslo. Rudy cogió el testigo y siguió torpedeando el aro vasco, aunque los visitantes, de la mano de Baldwin y el italiano Fontecchio, seguían a rebufo en el marcador.
Se calentaba el encuentro desde la línea de tres, el visitante Marinkovic entonaba las yemas de sus dedos. El Madrid vivía del liderazgo de Rudy mientras entregaba la batuta al joven Núñez, que a pocos días de convertirse en mayor de edad y con una personalidad tremenda, suponía un pinchazo de adrenalina cuando más apretaba el Baskonia. Alimentaba el base a Poirier con regularidad mientras Llull se reponía de sus problemas pedaleando en una bicicleta estática, con la mirada gélida. Baldwin no dejaba espacio al fallo de la defensa blanca, pues cada ventaja suponía una canasta para el base estadounidense, y el partido era efervescente e igualado.
A la vuelta de los vestuarios, el Madrid se convirtió en tormenta. Una racha atronadora, 17-0 de parcial, permitió a los de Laso dejar prácticamente sentenciado el encuentro. Defendían y corrían los locales para anotar con facilidad y, cuando el Baskonia sellaba una buena transición, aparecía Causeur para golpear con tiros imposibles, sencillos para el galo, el aro del Baskonia. Los de Vitoria, lejos de desfallecer, consiguieron reponerse con el acierto exterior de sus hombres altos, suavizando el moratón. Gran racha del Madrid y genial endereza de los visitantes. Pocos equipos aguantan en pie en el WiZink después de semejante tunda.
Consiguieron los blancos bajar el ritmo, echarle tila al encuentro en vez de más picante. La ventaja era considerable y los de Laso se adentraban en el noble arte de la gestión. Tampoco se mostraron minimalistas porque en una serie a cinco partidos cada jugada es una buena oportunidad para reforzar la superioridad.