Final Copa del Rey
El Barça, campeón inesperado
Los azulgranas superan al Real Madrid en un duelo vibrante que se decidió en el último segundo
Crónica
El Barcelona acabó con la racha histórica del Real Madrid en la Copa del Rey . Justo cuando nadie lo esperaba, el dominio absoluto de los blancos se esfumó a manos de un equipo que hace solo unos días estaba deshecho, pero al que la llegada de Pesic ha revitalizado hasta llevarle a lo más alto del torneo. Victoria inesperada del conjunto azulgrana que fue mejor durante buena parte del encuentro, pero que sufrió hasta el último segundo ante un Madrid que nunca se dio por vencido y que tuvo incluso un triple para haber ganado el título. Un lanzamiento de Causeur que hubiera sellado una remontada histórica . Final eléctrico, en el que el Real Madrid pidió incluso falta sobre Taylor en el intento de palmeo que hubiera forzado la prórroga, que esta vez tuvo final feliz para los azulgranas. Vuelven a sonreír tras casi tres años sin ganar títulos .
La responsabilidad le pesó a los catalanes en el inicio, donde Doncic asumió la responsabilidad para liderar al Real Madrid . Sus puntos sostuvieron al campeón en un primer cuarto errático de ambos equipos, que terminó con ventaja blanca después de un triple de Thompkins que entró con suspense tras rebotar dos veces en el aro (21-15). Ninguno estaba cómodo en el lanzamiento, así que tocaba fiarlo todo a la defensa. Por ahí, el físico azulgrana fue poco a poco igualando la contienda. La entrada de Oriola y Ribas –los mejores a pesar de que el MVP recayó en las manos de Heurtel – revitalizó al Barcelona. El pívot le imprimió carácter a su equipo y el escolta demostró que atraviesa un gran estado de forma. Juntos le dieron la vuelta al partido, revolucionando un choque que parecía tener bajo control el Real Madrid.
Fue mediado el segundo cuarto cuando el Barça tomó la delantera por primera vez (26-28, min. 14). Distancia que se alargó hasta los seis puntos con los que se fue al vestuario. Un tesoro en el que Tomic había tenido mucho que ver. El pívot, gris durante toda la Copa, parece estar programado para jugar siempre bien ante su exequipo . Ayer volvió a encontrarse cómodo con los blancos enfrente, anotando con facilidad y siendo un gigante en el rebote. Clave en el despertar azulgrana. Para frenarlo, Laso tuvo que probar con todas sus piezas, incluido un Ayón que regresaba después de más de tres meses sin jugar (34-40, min. 20).
Lo que parecía una crisis pasajera del Real Madrid se convirtió en un problema alarmante para Laso nada más volver de los vestuarios. Un parcial de 11-0 ponía contra las cuerdas a un campeón al que se veía cada vez más desquiciado (35-51, min. 24). Al Barça le bastaba con hacer las cosas bien en ataque para seguir aumentando una diferencia que llegó a ser de 18 puntos (40-58, min. 25) y que obligó a Laso a utilizar medidas extremas . El técnico puso en liza un cinco con un solo hombre alto, buscando revolucionar un partido que estaba perdido. El experimento le dio fruto, aunque la distancia apenas se reducía por el acierto del rival en el lanzamiento. La entrada de Heurtel , magnífico en la dirección, contribuyó a que la recuperación blanca fuera menor (61-73, min. 35).
A punto del milagro
Aún así, el Madrid volvió a encomendarse a su espíritu combativo. A ese gen competitivo al que siempre apela Laso. Lucharon asidos a la figura de Rudy Fernández, un gladiador sin premio ayer en el Gran Canaria Arena (jugó con un tobillo tocado casi todo el partido). Su intensidad defensiva contagió a sus compañeros, que recobraron el acierto, lo que fue estrechando el margen (70-83, min. 37). Solo la fe infinita de los blancos les hizo creer que el triunfo era posible. Cualquier otro equipo hubiera bajado antes los brazos, pero este Real Madrid de las victorias increíbles no lo hizo. Siguió empujando, punto a punto, hasta dignificar su derrota . Hasta hacerla casi tan grande como el triunfo final de su rival. El milagro sobrevoló el cielo de Las Palmas cuando Oriola falló dos tiros libres que dejaban a los blancos diez segundos de posesión con dos puntos abajo.
En su carrera hacia el aro, Doncic buscó un aliado. Lo encontró en una esquina, donde esperaba Causeur. La finta del francés se llevó por delante a su defensor, pero el lanzamiento no encontró la red . Buscó desesperado el rebote Taylor, que reclamó un agarrón bajo el aro. Protesta que quedó en nada cuando sonó la bocina. Rabia contenida del Madrid. Alegría desbordada en su enemigo, campeón inesperado que impulsa el proyecto de Pesic .