Baloncesto
Pepu Hernández: «Me apena que no retengamos el talento»
El último reto del campeón del mundo consiste en asesorar a deportistas para invertir sus ingresos, aunque sigue mirando de reojo los banquillos
Para dar un ejemplo de las dos caras del éxito en el mundo del deporte, el caso de Pepu Hernández es paradigmático. Pero no por el consabido ascensor que lleva a la gloria y luego desciende al fracaso, sino como demostración de lo que una cabeza bien amueblada puede hacer para sobrevivir a los avatares del destino. El entrenador madrileño tocó la gloria al ganar el Mundial de Japón de 2006 y luego las envidias acabaron dejándole al margen de la selección. Sin embargo, Pepu optó por saborear su triunfo con discreción y seguir en activo sin ser visto. Ahora, una década después de aquello, sigue dictando lecciones para quien quiere escucharle.
-Su última cruzada consiste en asesorar gratuitamente a deportistas sobre cómo invertir sus ingresos. ¿En qué consiste su aportación?
-No soy un experto financiero, pero sí puedo intentar hacerles ver que tiene que pensar en el futuro sin el deporte, que tiene que irse preparando en otras cuestiones académicas. Y preparando su próxima profesión alejada del deporte. Hay que tener en cuenta que hablamos de gente que empieza cobrando un dinero muy importante o lo va a recibir en pocos años, justo todo lo contrario a lo que sucede en la vida real. Tenemos en nuestra mente casos de deportistas que han sido muy brillantes, pero económicamente han sido un verdadero desastre. En Imantia Capital ofrecen desinteresadamente este servicio de asesoría.
-Y en cuanto al baloncesto, ¿está retirado o en activo?
-Yo diría que me encuentro muy cómodo con mi situación actual. Es imposible no echar de menos la competición y la formación, pero sobre todo echo de menos el trabajo con los jóvenes. Todavía sueño con el entrenamiento y, afortunadamente, esto lo cubro cuando hablo con entrenadores jóvenes o echo una mano en los colegios. Estoy cerca del baloncesto, no inmerso en él, pero sí lo suficiente para no añoralo. Así que lo de entrenar ya lo veremos. No digo ni que sí ni que no. Se tendrían que dar las circunstancias adecuadas en el momento adecuado.
-¿Acabó muy quemado con sus últimas experiencias en la Federación, el Estudiantes y el Juventud?
-En mi vida profesional he tenido unos momentos extraordinarios y también otros muy difíciles. Me tocaron unos años complicados en Badalona y Madrid, pero eso no me hizo apartarme del baloncesto. Quizá, como en algún momento rechacé algunas ofertas, alguien pensó que ya no estaba interesado. No tengo ninguna prisa, pero lo que no voy hacer es dejar de escuchar propuestas.
-Usted es un hombre de cantera, no en vano ha dirigido los dos mayores semilleros del basket nacional. ¿Le apetecería más volver a un cuadro profesional o a uno de base?
-Quizá me dado cuenta un poco tarde de que me encanta ser entrenador de formación y preocuparme por los problemas que van tener los más jóvenes. Muchas veces digo lo mismo a los entrenadores que empiezan: pobre del preparador que únicamente enseñe técnica y táctica a sus chavales. Eso no puede ser; hay que hablar de muchas otras cosas. Los chicos tienen sus problemas y hay que ayudarles a formarse entre todos.
-¿Y qué piensa cuando ve que algunos de los jóvenes actuales ya están jugando en la NBA?¿En qué situación deja esto a los clubes de formación?
-Posiblemente veamos más chicos viajar a la NBA en el futuro. Estamos empezando a disfrutar de una Liga Endesa de grandes jugadores, pero nos van a durar poco por aquí. El problema es que salen demasiado jóvenes, porque al irse con 20 años en lugar de con 24 los clubes de origen se quedan mermados de jugadores y no reciben apenas compensación económica por su trabajo. Me da un poco de pena ver que no podamos retener el talento y que Juventud y Estudiantes se puedan ver en serias dificultades después de haber sido las canteras que más han aportado a la selección nacional
-¿Puede afectar esto negativamente a la selección?
-Yo he tenido la suerte de llevar un grupo donde habían llegado a la NBA después de formarse profundamente en el baloncesto FIBA. No es lo mismo ir a la NBA como campeones del mundo (Marc Gasol y Rudy Fernández) que ir de «rookies». Todo es baloncesto, sí, pero no es el mismo baloncesto en algunos criterios y puede haber algunas dificultades de concepto.
-¿Cree que se acaba un ciclo en España?
-Más que acabar una etapa, creo que tiene que haber una renovación. Todavía quedan jugadores muy importantes de los 80 y siguen fuertes los Llull, Marc, Sergio o Ricky. Puede ser que flaqueemos en algún puesto concreto, mas lo que no podemos hacer es comparar. Quizá no están tan garantizadas las renovaciones física y técnico-táctica, pero sí la emocional. Los valores que dejan todos los jugadores que han estado durante la última década en la selección son equivalentes a los que ellos recibieron antes: se van alimentando de los hombres que lo van dejando. Tienen una buena escuela anímica, de comportamiento, de espíritu… y eso es lo que se le podrá pedir a España. No que ganen siempre medallas, sino que tengan un estilo concreto y que sean fieles a él haciéndonos disfrutar cada verano.