Baloncesto
Mirotic busca su primera alegría de azulgrana
El montenegrino, que ayer cumplió 30 años, tratará de alzar en Madrid su primer título como azulgrana tras un año y medio plagado de problemas
Nikola Mirotic llegó a Barcelona en el verano de 2019 como un mesías. Tras años de dominio del Real Madrid , el fichaje del pívot, por el que se peleaban aún varias franquicias de la NBA, se veía como el salvavidas perfecto para evitar el naufragio de la canasta azulgrana, que un año y medio después sigue sin alegrías y viendo como su gran rival acapara los títulos. Por eso, esta Copa pandémica , a la que el Barça llega como favorito por primera vez en años, irrumpe en su cabeza como el escenario perfecto para estrenar su palmarés como barcelonista tras haber desperdiciado ya cuatro ocasiones en el pasado.
Fracasado el proyecto de Pesic , Bartomeu redobló su apuesta por el baloncesto el pasado verano con el fichaje de Calathes y con la llegada de Jasikevicius al banquillo. Era un todo o nada, pues en plena crisis económica mantuvo todas las piezas importantes en el equipo y se trajo a dos estrellas con las que arropar a Mirotic y quitarle, en parte, la presión que le perseguía desde que llegó a Barcelona con un millonario contrato bajo el brazo.
En ese papel de cortafuegos ha sido el técnico el que ha jugado un rol fundamental. Desde el primer día supo tratar a Mirotic con el cariño que no lo habían hecho anteriormente, asumiendo los focos y descargando de responsabilidad al jugador. « Saras ha sido un gran apoyo para Niko. Tienen una relación perfecta, porque le comprende y le ha ayudado en todo », explican a ABC desde el entorno más cercano al jugador, cuya temporada ha estado salpicada de problemas.
Relación con Saras
En octubre, poco después de haber caído ante el Madrid en la final de la Supercopa , Mirotic anunciaba su contagio por coronavirus . La enfermedad le golpeó fuerte -«esto está siendo más duro de lo que pensaba»- y le mantuvo alejado de las canchas durante casi dos semanas. No iba a ser ese su problema más complicado, pues a final de diciembre, tras haber brillado en el clásico liguero ante los blancos, el montenegrino abandonaba la dinámica del equipo por razones personales . Fueron otros quince días de ausencia en los que Jasikevicius volvió a emerger como apoyo principal, dándole al pívot todo el tiempo necesario para ocuparse del asunto sin preocuparse por el baloncesto. Ahí terminó por forjarse una lealtad que ya es total a estas alturas. « Antes le admiraba como jugador y ahora, como técnico, está impresionado con todo lo que sabe y con la forma en la que está llevando al equipo », apunta esa misma fuente que prefiere mantener el anonimato.
Desde su vuelta al equipo, el pasado 13 de enero, Mirotic ha sido el mejor, con promedios de 15 puntos y 5 rebotes por partido . Lejos de sus números habituales, pero con una consistencia desconocida hasta el momento como azulgrana. Porque más allá de su producción en la cancha, el montenegrino es el faro del vestuario. « Niko es muy importante para nosotros , porque nos da mucho. Es uno de los mejores jugadores con los que he compartido vestuario, su talento es increíble y, además, es muy buen chico», señalaba ayer Hanga, uno de los que mejor conoce al pívot dentro del vestuario azulgrana.
Una dieta estricta
A Mirotic le costó aterrizar en Barcelona. El ruido mediático que se generó con su fichaje complicó esa adaptación. Aun así, el montenegrino se las ha apañado para hacerse a la ciudad y a los nuevos hábitos provocados por la pandemia. «No es que saliera mucho antes, pero con el coronavirus se ha hecho incluso más hogareño. Se cuida mucho y es muy escrupuloso con todo lo que come. De hecho, es muy metódico con su dieta y desde hace tiempo solo ingiere alimentos orgánicos», señalan desde su entorno.
La llegada de Jasikevicius le ha permitido dejar atrás parte de la presión generada por su fichaje, pero sin eludir la responsabilidad que sabe que debe asumir en los momentos clave. « Los jugadores de la calidad de Mirotic son importantes para ganar partidos , pero que no ganan los partidos por sí solos. Para mí, el mensaje más importante es que tenemos que ser un equipo e ir todos a una. Luego, si el partido está apretado, igual uno de estos jugadores de alto nivel puede resolver el choque. Pero siempre me gusta más pensar en el equipo y esto es lo que tiene que hacer él también. Niko es uno de los mejores de Europa y sabe que será mejor si está integrado dentro del grupo. Por eso trabajamos cada día, para que esté feliz y poder sacar lo mejor de él», explicaba al propio Saras antes del duelo que hoy le enfrentará al Unicaja en el último partido de cuartos de final. El primero de los tres encuentros que debería ganar el Barcelona para volver a reinar en la Copa dos años después de su último título. Sequía que arrastra desde que aterrizó Mirotic, que busca en Madrid su primera alegría como azulgrana.