NBA

Un magnífico Butler aplaza la fiesta de los Lakers

El segundo triple doble del escolta de los Heat en las finales deja sin premio el partidazo de LeBron y obliga a los angelinos a gastar otra bala el domingo para levantar el título

Emilio V. Escudero

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La gloria, el anillo, tendrá que esperar . Los Heat de un magnífico Jimmy Butler (otro triple doble para él en estas finales) aguaron la fiesta de los Lakers (111-108), que no pudieron levantar el título tras caer derrotados en un gran partido que se decidió en la última jugada. Ni siquiera el brutal encuentro de LeBron (40 puntos, 13 rebotes y 7 asistencias) pudo con la fe de Miami, que forzó el sexto partido (domingo, 1:30 horas) y sigue soñando con dar la vuelta a la final.

Todo estaba dispuesto para presenciar la coronación de los Lakers, pero Miami salió dispuesto a posponerla. Saltaban chispas en cada duelo y la tensión quedó patente en un amago de tángana entre Howard y Butler . No llegó la sangre al río, pero le faltó poco. Serenados los ánimos, la atención se centró solo en el juego, donde el propio Butler y LeBron acapararon el protagonismo.

Jugaban bien los Heat, veloces y animosos como lo han sido durante todos los playoffs. Un equipo alegre que disfruta y hace disfrutar al espectador. No se sabe si impulsados por la presión o porque se habían despojado de ella, pero lo cierto es que los Heat volvieron a recordar al equipo arrollador que se llevó por delante a todos los equipos en el Este.

En esa maquinaria perfecta diseñada por Spoelstra, Jimmy Butler volvió a ser el engranaje perfecto (35 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias para él al final del encuentro) . El hombre capaz de finalizar, pero también de hacer jugar a sus compañeros. Su primera mitad, magnífica, le llevó al descanso con 22 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias y con la sensación de haber dominado a su antojo el encuentro.

Susto de Davis

En un primer cuarto de intercambios constantes, el susto lo dio Anthony Davis, cojo momentáneamente tras un golpe en el talón. Su lesión encendió las alarmas en el banquillo de los Lakers, sofocados los temores poco después para alivio general.

Fue la entrada de Kendrick Nunn , uno de los secundarios de lujo de los Heat, la que impulsó el despegue de los de Miami. El base, caído en desgracia tras el parón, ha aprovechado la ausencia de Dragic (sigue lesionado el esloveno) para volver a contar con la confianza de Spoelstra y anoche no decepcionó. Sus primeros cuatro tiros fueron dentro y en sus brazos fue creciendo la ventaja de los Heat (50-31, min. 21).

LeBron James fue el encargado de apagar el incendio . En su partido 239 de playoffs (el domingo superará a Derek Fisher como el jugador con más presencias en la postemporada), el alero volvió a asombrar, inagotable. Eterno. Certero desde la larga distancia como pocas veces. Sus triples acercaron a los Lakers , que se fueron al descanso mitigando los daños, pues Miami había sido mejor durante 21 minutos, pero se había despistado en los tres últimos (60-56).

La batalla personal entre James y Butler se alargó durante todo el partido y a su intensidad se subieron el resto de compañeros, regalando quizá el mejor partido de todas las finales. Mantuvo el tipo Miami en la reanudación, tratando de alejar el anillo de Los Ángeles. Dos triples con adicional casi consecutivos (uno de Crowder y otro de un sensacional Duncan Robinson ) les permitieron plantarse en el último cuarto con una ventaja de seis puntos que para la igualdad del encuentro eran un tesoro (88-82).

El liderazgo de los Heat se alargó hasta los once puntos tras el enésimo triple de Robinson (93-82, min. 38). Era el momento de LeBron, pero también de Anthony Davis . El gran escudero de estos Lakers, que persigue su primer anillo . Asumió esa responsabilidad el pívot, responsable de un parcial de 17-3 que le dio la vuelta al marcador en apenas cuatro minutos (96-99, min. 42).

Duelo Butler-LeBron

La fiereza de la defensa angelina había sumido en el caos a los de Miami, rescatados por Butler (quién si no) y por la puntería de Robinson (7 triples y 26 puntos al final del partido). Eso permitió a los Heat llegar a los dos últimos minutos con vida (101-101) .

Ahí, el duelo Butler-LeBron que había sobrevolado durante todo el choque (durante todas las finales, de hecho) se hizo más evidente. A cada golpe de uno respondía el otro. Pim, pam. Sólo Davis, tras un rebote ofensivo, se coló en el intercambio personal entre ambos que llevó el choque a una última posesión para los Lakers con un punto abajo (109-108). 16 segundos para la gloria. Un ataque que quedó concentrado en las manos de LeBron.

Atacó el aro James, defendido hasta por cuatro jugadores de los Heat, y sacó la pelota para el tiro liberado de Danny Green . El especialista de los Lakers en la larga distancia tuvo todo el tiempo del mundo para apuntar y encargar el anillo, pero su tiro se estrelló contra el aro, lo que aplazó definitivamente la fiesta de los Lakers.

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