Final ACB
El Real Madrid perpetúa su dominio
Se proclama campeón de la ACB tras vencer a un Barça batallador que no pudo ante la superioridad blanca
Crónica
La liga es blanca de nuevo. Por primera vez en dos décadas, el Real Madrid repite como campeón y lo hace tras superar una temporada cargada de dudas y vaivenes. Otro éxito de Laso y su equipo de fantasía que mantiene la hegemonía blanca en la canasta nacional y que deja otra vez al Barça sin alegrías. Hervía el Palacio, entregado a un equipo que le ha devuelto la ilusión con otra época gloriosa. Un equipo magnífico capaz de cometer errores, pero que siempre se levanta. Un conjunto que se recordará con el paso del tiempo y que ayer escribió otra página dorada de este periplo mágico que comenzó hace cinco años y que parece no tener fin.
El ambiente festivo que rodeaba al encuentro obligó a Laso a exigir prudencia . Fue el mensaje que transmitió a sus jugadores desde que acabó el tercer partido de la serie y el que todos ellos lanzaron en cada aparición pública. «No vamos a una fiesta. Vamos a una guerra y así es como tenemos que encarar el duelo». El mantra, repetido hasta la saciedad, se hizo realidad desde que el balón de lanzó el aire. Nada quedaba de la facilidad con la que los blancos se habían llevado el segundo punto de la final. Nada de aquel Barcelona blando y sin recursos. La versión que los azulgranas pusieron sobre la cancha se parecía más a la que habían mostrado durante la temporada. Un equipo aguerrido, con la intensidad defensiva que le gusta a Xavi Pascual y con muchos quilates en las muñecas. Un equipo que sacó a relucir su orgullo de campeón y que puso al Real Madrid contra las cuerdas con un inicio explosivo cargado de carácter.
Por primera vez en la serie, Tomic dominaba la zona, convertida en un vivero inesperado de puntos para el Barcelona. El croata era el objetivo del balón azulgrana, que una y otra vez acababa en sus manos antes de besar la canasta. A la inexistente defensa del Madrid se unió su falta de criterio en ataque. Sin opciones claras de tiro, afectados por una extraña ansiedad, los blancos se abandonaron. Dejaron su futuro en manos del talento y por ahí comenzaron a crecer los problemas (19-30, min 11).
La entrada de Nocioni supuso un cambio radical en el partido. El argentino insufló al equipo esa energía que nunca se le agota a pesar de los años. Una energía que contagió a sus compañeros y que se tradujo en un parcial de 17-4 que le dio la primera ventaja a los blancos desde el primer minuto (36-34, min. 16). Con Tomic en el banquillo, el Barça respiraba gracias a Perperoglou, que tomó el testigo ofensivo del croata para mantener a los azulgranas con opciones.
El encuentro se convirtió entonces en un campo de batalla en el que cada canasta era un premio en sí misma. Se celebraba cada robo, cada fallo del rival. Llull comenzó a coger velocidad de crucero desde el perímetro mientras Navarro asumía los galones en el Barcelona. El partido no tenía freno. Ida y vuelta. Golpe a golpe. La final era una final de nuevo, como lo fue en el primer encuentro de la serie. Un choque igualado que amagó con romperse mediado el tercer cuarto, cuando al equipo de Pascual se le empezó a acabar la gasolina (70-63, min. 29). Solo Satoransky parecía al nivel físico de su rival y el checo se echó el equipo a la espalda para tratar de minimizar los daños y reavivar sus opciones de victoria (74-73, min. 33). Un sueño fugaz que Sergio Rodríguez se encargó de romper en mil pedazos con dos triples consecutivos que pusieron el título a un paso (83-77) con dos minutos por jugarse. Cualquier otro equipo habría bajado los brazos, pero este Barça es diferente. Tiene alma de campeón y aún sacó fuerzas para ponerse a tiro. Una agonía de equipo grande que da lustre al título del Real Madrid. Una liga más que cierra otra gran temporada de los blancos.
Previa
El Real Madrid dispondrá este miércoles (20.30/Teledeporte) de la primera oportunidad para levantar el 33º título de Liga de su historia, una ocasión inmejorable delante de su afición ante un Barcelona Lassa muy achantado en esta final y que está obligado a una reacción fulgurante si quiere evitar otro 'annus horribilis'.
De los tres capítulos disputados en esta final de la Liga Endesa, el primero fue tan emocionante como se esperaba, pero los dos últimos no han tenido historia porque el Real Madrid ha exhibido una enorme superioridad para ganar primero por 20 puntos en el Palau Blaugrana y después por 17 en el Barclaycard Center, que puede ser el escenario del último partido del curso.
Este autoritario dominio del club capitalino, poco habitual entre dos equipos que acostumbran a disputar partidos muy parejos, se explica principalmente el gran momento de forma que atraviesan jugadores tan importantes como Sergio Llull, Gustavo Ayón o Rudy Fernández , quienes rara vez han coincidido en plenitud a lo largo de esta temporada llena de altibajos.
El Barcelona de Xavi Pascual, históricamente poderoso en labores defensivas, se ha visto desbordado por el caudal ofensivo de su adversario, que está promediando 93,3 puntos en esta final , y sabe que cualquier opción de llevar la final hasta el quinto partido, que se disputaría el sábado en el Palau (19.00), pasa por frenar esta sangría.
Si no lo logra, cerraría otro año casi en blanco , más allá del 'aperitivo' de la Supercopa de España, y extendería una sequía preocupante para un club acostumbrado a la gloria: sin títulos en la Liga desde 2014, en la Copa del Rey desde 2013 y en la Euroliga, desde 2010.
Por su parte, el Real Madrid repetiría título liguero, algo que no consigue desde hace 22 años -fue campeón en 1993 y 1994-, y reforzaría su dominio del baloncesto nacional encadenando un nuevo doblete, después de conquistar también las tres últimas ediciones de la Copa del Rey.
El recuerdo de 2012
En el recuerdo de ambos equipos está la final liguera de 2012, cuando se vivió una situación idéntica y el Barça ganó el cuarto partido en la capital española, antes de confirmar la remontada delante de su afición en el quinto partido con el liderazgo de Fran Vázquez y Pete Mickeal.
El capitán Felipe Reyes, Sergio Rodríguez, Jaycee Carroll y Llull son los supervivientes de aquella decepción. «Fue una oportunidad perdida de cerrar la liga en casa y tenemos que aprender de esa experiencia», ha avisado el propio Llull , máximo anotador de esta final y aspirante a repetir el MVP de la temporada pasada.
El equipo azulgrana dispondrá de toda su plantilla para intentar emular aquella hazaña cuatro años después, mientras que el Real Madrid está pendiente de Carroll , que se torció el tobillo en el tercer partido. Sin embargo, el 'francotirador' estadounidense entrenó este martes y se espera que esté a punto para este primer 'match ball' de su equipo.