NBA

La leyenda perseguida por LeBron

Los Cavaliers, que parten favoritos al anillo en la NBA, quieren acercar a su estrella al mito inalcanzable de Jordan

LeBron James, jugador de los Cavaliers AFP

EMILIO V. ESCUDERO

Cuando el balón se lance al aire esta madrugada en el United Center de Chicago habrá comenzado una nueva cuenta atrás para LeBron James. La última. Arrancará entonces el tramo final de una carrera que se debate aún entre la de un buen jugador o un mito. Una nueva temporada NBA que tiene a los Cavaliers del «23» como principales favoritos al anillo de campeón, aunque con aspirantes más que suficientes para truncar la obsesión del alero de Ohio , que no es otra que situarse a la altura del «23» más famoso de la historia.

Pasan los años y la brecha entre LeBron James y Michael Jordan se mantiene y en cada nuevo éxito –o en cada fracaso acumulado– surgen inevitablemente las comparaciones entre ambos. El más grande de todos los tiempos y el «Elegido». El jugador señalado para superar todos los registros. El hombre despierta pasiones. Héroe o villano. Sin término medio. LeBron comienza hoy otra temporada en la NBA , la número trece de su carrera, y lo hace con la necesidad de ganar un nuevo anillo –que sería el tercero en su cuenta individual– para empezar a pensar de verdad en la leyenda de Michael Jordan. Aún a su alcance, pero en el límite para poder cumplir con las expectativas.

A punto de cumplir los 31 años, el de Ohio mantiene la esperanza y el intercambio de declaraciones del pasado verano no ha hecho más que avivar esa obsesión. Jordan aseguró que en un hipotético uno contra uno ante James hubiera salido victorioso . Un órdago que no gustó a LeBron, convencido de ser el mejor de todos los tiempos, capaz de hacer frente a cualquiera.

Para que los números le acerquen a la leyenda, el de Ohio debería ganar al menos cuatro títulos en los próximos cinco años . Un reto a su alcance, con el que igualaría los seis anillos de Jordan. El de los Bulls se enfundó su último anillo con 35 años, siete años después del primero. Coronarse como campeón significaría, además, hacerlo con su equipo de toda la vida, al que soñaba hacer campeón desde que jugaba en el instituto y apuntaba ya a estrella mundial .

En su segunda etapa en la franquicia de Cleveland , los Cavaliers han tirado la casa por la ventana para configurar un equipo a su medida. El más caro de toda la NBA, cuyo objetivo no es otro que ser campeón. Si no lo consiguió ya el año pasado, fue por las lesiones. Esas que amenazan de nuevo el devenir de la historia y las posibilidades de LeBron James de convertirse en leyenda del baloncesto mundial .

Los Bulls de Pau y Mirotic

Para evitarlo, hay un grupo nutrido de equipos. Aspirantes por derecho propio, con calidad suficiente para plantarles cara. En el Este, Atlanta y Chicago sobresalen por encima de los demás. Los Bulls, el equipo de Pau Gasol y Nikola Mirotic que apuntan a titulares esta noche (1.00 horas, C+Deportes)–, han cambiado de entrenador y esa es la mejor noticia posible para un conjunto que ya contaba con los mimbres necesarios para ser campeón. Si a Rose le respetan las lesiones y Butler mantiene su crecimiento, no hay límites, aunque si hay que buscar un rival para el sueño de LeBron ese estaría en el Oeste.

Allí aguardan los actuales campeones – Golden State Warriors –, que han mantenido el bloque que arrasó la pasada campaña, con Stephen Curry como líder indiscutible. Ya lo es, pase lo que pase, Tim Duncan, cuya continuidad en los Spurs alentó la llegada de nuevos valores a San Antonio. LaMarcus Aldridge, David West y la base del equipo pentacampeón de la última década son credenciales más que suficientes para optar de nuevo al anillo.

El año de Ricky Rubio

En el grupo de aspirantes, aparecen otros dos españoles con opciones. La enésima vuelta de tuerca de los Grizzlies es una incógnita. Ya con Marc Gasol como líder indiscutible tras su renovación millonaria, en Memphis se ha trabajado durante el verano para reforzar al equipo, aunque ese último paso que les lleve a la final parece aún una quimera. No lo es para Serge Ibaka y sus Thunder, que ya con Durant de vuelta tras su lesión saben que es su año. Ahora o nunca. El último asalto al anillo antes de que el vestuario se desintegre en 2016, cuando ambos terminan contrato.

Por su parte, Ricky Rubio y Calderón se presentan sin más aspiración que mejorar la pasada campaña. Algo que no será complicado para ninguno de los dos después del desastre protagonizado por ambos en 2015. Para Rubio es un año importante, ya que por primera vez los focos de los Timberwolves no apuntarán hacia él –los jóvenes Wiggins y Towns asumirán esa responsabilidad– y podrá jugar sin presión. Algo parecido le ocurrirá a Calderón en los Knicks , un equipo sin más pretensión que mejorar la última plaza ocupada el año pasado. Un histórico venido a menos como Lakers y Celtics, que seguirán un año más con su reconstrucción de cara al futuro.

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