Baloncesto

El Gernika sucumbe en Turquía a una emboscada de otra época

El conjunto vasco se las vio con un extraño proceso de test PCR, alarmas antiaéreas por megafonía y el mal ganar de su rival

S. D.

El Lointek Gernika , representante español en la Eurocup femenina, tenía el primer paso en el playoff de la segunda competición continental bien encarrilado. Había ganado de 24 puntos (83-59) en el partido de ida ante el Çukurova turco , uno de los favoritos de la competición. Sin embargo no se esperaba la emboscada que le esperaba en tierras otomanas para el choque de vuelta, al estilo de lo que sucedía en las competiciones europeas décadas atrás.

Las vascas, que salían de una cuarentena colectiva por un brote de Covid-19, cayeron finalmente por 69-40 en un choque en el que se pudieron ver imágenes propias de otras épocas. Desde un descarado uso de la megafonía para descentrar a las visitantes en sus ataques, a un arbitraje que se dejó intimidar y permitió a las locales emplearse con gran dureza. Aún así el equipo español rozó la gesta, llegando a empatar la eliminatoria en la recta final del partido, pero una falta antideportiva y un triple lo evitaron.

Una prueba PCR peculiar

Las peculiares circunstancias en las que se disputó el partido comienzan horas antes, cuando la plantilla del Gernika fue obligada a someterse a una prueba PCR pese a haberse realizado una al llegar a Estambul. Lo relata en su cuenta de Twitter Kevin Huber, preparador físico del equipo vasco. Pese a que los test a su llegada a Turquía habían arrojado resultados negativos, «aún nos quedaba por vivir algo surrealista, llegar a Adana, y una furgoneta con dos directivos del club rival, acompañados de un 'enfermero' pretendían hacernos las PCR en plena calle antes de subir al bus. Conseguimos una salita para hacerla. El 'enfermero' saca los tubos de las PCR con los nombres ya asignados… ¿Sospechoso? Y nos realizan la PCR, todo esto con sus directivos sin mascarilla. ¿No estaban tan preocupados por no contagiarse y por eso nos hacían PCR?».

«Terminamos con el proceso a las 23:30 (1 hora después de aterrizar) y llegamos al hotel a la 1:30 de la mañana. ¡Al día siguiente la sorpresa! Una de nuestras jugadoras es positiva. Como puede pasar después de acabar de pasar el covid hasta que se negativice. Acudimos a un hospital a que se haga una nueva PCR de contraste, esperando un resultado rápido para antes del partido, pero este no llega hasta las 22:00, ya después del partido. ¿Adivináis el resultado? NEGATIVO», explica.

El positivo fue de la internacional española Belén Arrojo , una de las jugadoras más importantes del equipo. Un resultado que, además de hacerle perderse el partido ha obligado a la granadina a quedarse en tierra mientras el resto de la expedición regresaba a España, a la espera de un segundo test negativo. Con ella se ha quedado el entrenador, Mario López.

No fue la única circunstancia extraña antes de saltar a la pista, pues en la previa el Çukurova había decidido también cambiar su pista habitual, el Servet Tazegul Spor Salonu, por un pabellón mucho más pequeño, el Edip Buran Spor Salonu, con las gradas mucho más pegadas al parqué.

Y ya con la pelota en juego llegó el turno de la megafonía, que el club local empleó como un arma más , y la actuación arbitral. Durante todo el encuentro y coincidiendo con los ataques españoles, por los altavoces del recinto deportivo sonaron a todo volumen canciones turcas e incluso sirenas antiaéreas.

El ambiente debió intimidar a los árbitros, muy permisivos con la dureza empleada por las jugadoras locales , y cuya actuación culminó con la antideportiva de los últimos instantes a Roselis Silva que cercenó la reacción de orgullo vasca.

Por si fuera poco, tras el partido y la clasificación en el bolsillo, el equipo turco celebró la victoria burlándose del equipo español . Lo hizo contestando en las redes sociales al mensaje que el Gernika publicó tras el partido de ida, alegre pero respetuoso con el rival. Tras varias imágenes de las españolas celebrando colocaba un despertador en el que se podía leer 'buenos días' y una imagen de las jugadoras turcas celebrando su triunfo.

En resumen, una situación impropia del baloncesto moderno que más allá de la denuncia de las jugadoras y cuerpo técnico del equipo español, debería tener consecuencias.

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