Selección española

La fórmula del éxito de España que no se acaba

La solidez del sistema formativo de la federación ha permitido a la selección extender su ciclo ganador, que no atisba el final porque hay jóvenes que piden paso

FEB / Vídeo: Atlas
Emilio V. Escudero

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Aseguran en la federación de baloncesto ( FEB ) que no hay un secreto que haya llevado a la canasta nacional femenina a conseguir 13 medallas entre Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos en el siglo XXI (25 si sumamos las de la selección masculina) , pero lo cierto es que la fórmula del éxito diseñada desde hace años sigue dando sus frutos y no atisba su final. Porque se renuevan los equipos con jóvenes que crecen soñando con imitar a sus ídolos. Pequeñas «Laia Palau» y aprendices de «Alba Torrens» . Talentos cincelados por una escuela de técnicos que es la envidia de Europa, que les inyectan cada verano el carácter competitivo que permite a las chicas de las distintas selecciones ir siempre un paso por delante de los demás países.

« Cuando disputamos un Europeo con una generación de 16 años, nosotros ya llevamos cinco campeonatos de España en las piernas, con lo que eso supone para las chicas en cuanto a competitividad . Por eso, a la hora de la verdad no se arrugan y sacan a relucir su talento. Es un trabajo de la federación, pero también de los clubes y de los entrenadores, los mejores del continente», explica a ABC José Ignacio Hernández , exseleccionador nacional femenino y actual director técnico de la FEB.

Ese carácter ganador se pudo ver en semifinales ante Serbia, donde las chicas de Mondelo se vinieron arriba cuando peor lo tenían. De hecho, el técnico ha señalado a ese espíritu competitivo y a la fuerza del grupo como una de las claves del triunfo final. « Hay otros equipos que tienen mejores jugadoras, pero ninguno cree en la victoria como lo hacemos nosotras », asegura el seleccionador.

Espíritu colectivo

Coincide con él Hernández, convencido de que si fuera por físico España apenas tendría posibilidades de éxito en los torneos femeninos. «Es nuestro principal problema. Nos falta el talento físico, pero lo equilibramos con esa dinámica de grupo y espíritu colectivo que tan bien se trabaja desde jóvenes», señala. Por eso no es extraño que la FEB utilice las palabras «familia» y «equipo» para definir a sus selecciones. «Es una realidad y esos términos no están escogidos al azar. Yo siempre hablo de que no somos una selección, sino que somos un equipo. Jugadoras que se conocen desde hace mucho tiempo. Esa fuerza también gana partidos», explica Hernández, convencido de que hay relevo para esta generación que lleva siete años consecutivos subiéndose al podio.

«Ha pasado ya con las Amaya Valdemoro o Elisa Aguilar, o mucho antes con Betty Cebrián o Blanca Ares. Y cuando se marchen Laia Palau y compañía, serán otras las que tomen el relevo . Lo importante es que la línea sea la misma y de eso se encargan las veteranas, que potencian los buenos hábitos y eliminan los malos», apunta el director técnico.

La buena noticia para España es que, más allá de la extraordinaria veteranía de Laia Palau -39 años- , el núcleo del vestuario campeón del Eurobasket no supera la treintena. «Si nos duran como Laia, tendríamos por los menos otra década más de éxitos asegurados. Pero es que lo de Laia es algo fuera de lo normal...», apunta Hernández.

Por eso mira al futuro y por ahí aparecen nombres como el de Maite Cazorla, base formada en Estados Unidos que se quedó a un paso del título universitario esta temporada, Leticia Romero o María Conde. Tres de los talentos que vienen pisando fuerte en las categorías inferiores femeninas. Jugadoras llamadas a tomar el relevo y seguir extendiendo la fórmula del éxito de la canasta nacional.

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