Fenerbahçe-Zalgiris
El corazón del Zalgiris no puede con el campeón
Los lituanos rozaron la sorpresa, pero el talento del diminuto Ali en el último cuarto envió al Fenerbahçe a la final
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Crónica
El Zalgiris se quedó a un paso de la sorpresa. Un mal inicio y la falta de experiencia en los instantes finales dejaron sin triunfo al equipo lituano, incapaz de tumbar al Fenerbahçe , que se convirtió ayer en el primer finalista de la Euroliga. El campeón superó a un conjunto lituano al que no le valió solo con su orgullo. Un gran Datome y la decisiva irrupción de Ali en el último cuarto le bastaron al conjunto turco para meterse en la final, donde el domingo buscarán su segundo título consecutivo.
Quedaba media hora para el inicio, pero ya no había sitio en las gradas teñidas de amarillo del Stark Arena . En apenas unos minutos, el coliseo serbio se había llenado de aficionados turcos, los más numerosos de largo estos días en las calles de Belgrado. Su aliento supuso el primer impulso para el campeón, que zarandeó de inicio al Zalgiris. Los lituanos, que volvían a una Final Four tras 19 años de ausencia, fueron presa de los nervios en un primer cuarto nefasto para ellos. Wannamaker y Datome marcaban el ritmo para los de Obradovic , superiores en todo momento (19-13, min. 10).
Sufría Jasikevicius en la banda, incapaz de encontrar soluciones en el banquillo ante el atasco ofensivo de su equipo. Cada ataque era una tortura para el Zalgiris, al que le costaba un mundo sumar . Solo Pangos parecía tener facilidad para perforar el aro turco. De hecho, fue el base americano el que lideró la tímida reacción lituana en el segundo cuarto. Remontada que les permitió irse al descanso con cierta esperanza a pesar de la superioridad mostrada por el campeón (39-33).
Reacción lituana
Los lituanos trataron de limitar las pérdidas tras el descanso –habían acumulado 12 en los dos primeros periodos– para intentar tumbar al campeón. Tarea complicada que Sloukas se encargó de poner cuesta arriba . El griego salió a la pista tras un arranque dubitativo de su equipo y fabricó un parcial de 11-2 que puso contra las cuerdas a los verdes (50-37, min. 27).
Sin nada que perder, con la final casi imposible, el Zalgiris sacó a relucir su coraje . Ese que le había llevado hasta Belgrado tras una temporada cargada de victorias milagrosas. De repente, los nervios desaparecieron y los lanzamientos empezaron a encontrar el aro. Canastas fáciles que zarandearon al Fenerbahçe. Ulanovas –con el primer triple lituano de todo el partido– dio inicio a un parcial demoledor que silenció por primera vez a la grada amarilla. La ventaja amasada por los turcos quedó reducida al mínimo antes del último cuarto (52-50, min. ) .
Fue entonces, cuando Obradovic se sacó de la manga un último as. Un jugador menudo, sin muchos minutos en este equipo plagado de estrellas, que explotó cuando nadie lo esperaba. Ali Muhammed –Dixon antes de nacionalizarse turco– sumó catorce puntos en los últimos once minutos para romper de manera definitiva el encuentro (66-54, min. 34). Un mazazo que derribó para siempre la resistencia del Zalgiris, cuyo corazón siguió latiendo ya sin esperanza. Porque en cada intento de remontada había ya respuesta del campeón, que no estaba dispuesto a dejarse sorprender de nuevo. El temple de Sloukas guió al campeón hacia la final sin sobresaltos de última hora. Allí esperan rival, que saldrá del duelo entre el Real Madrid y el CSKA .