Euroliga
El CSKA evita el milagro del Fenerbahçe de Obradovic
Los turcos, que remontaron 21 puntos en doce minutos, cedieron en la prórroga ante un buen CSKA
Crónica
El baloncesto vivió ayer una de sus noches más bonitas de los últimos tiempos. Una final para recordar entre dos equipos magníficos, ganadores ambos por lo que se vio sobre la cancha, aunque solo el CSKA pudiera celebrar el título . Obradovic, que buscaba en Berlín su noveno título como entrenador, no rozó la proeza. Una remontada inverosímil que estuvo a segundos de hacerse realidad. El Fenerbahçe, que perdía por veintiún puntos casi al final del tercer cuarto, llegó al último suspiro por delante, pero una canasta postrera de Khryapa llevaba el duelo a la prórroga , donde los rusos fueron mejores.
Para Obradovic, no era una final más. A pesar de su experiencia, de haber ganado ya la Euroliga con el Real Madrid , el Juventud, el Panathinaikos y el Partizan, el serbio quería más y convertir al Fenerbahçe en el primer equipo turco que gana el torneo es desde hace unos años su obsesión particular. En el otro banquillo, su alumno más aventajado, le desafíaba al frente del CSKA. Itoudis fue durante muchas temporadas una pieza clave en el engranaje técnico del equipo de Obradovic, al que abandonó para dirigir en solitario y convertirse en uno de los técnicos más ilustres del Viejo Continente. Maestro y alumno perseguían romper dos maleficios. Obradovic, llevar a Turquía la primera Euroliga de su historia; e Itoudis, devolver la gloria al CSKA, sempiterno favorito, que no ganaba el título desde 2008.
Tras un inicio fulgurante, los rusos fueron abriendo una brecha en el marcador que se hizo escandalosa. Tanto, que a doce minutos para el final y los jugadores del CSKA ya celebraban el éxito . El marcador reflejaba un contundente 42-63 a favor de los rusos, sin que el Fenerbahçe diera síntomas de reacción. Los besos a la grada tras alguna canasta rusa encendieron a los aficionados turcos, que convirtieron el Mercedes-Benz Arena de Berlín en un pequeño Estambul. El ejercicio de fe entre el conjunto otomano y sus seguidores fue mutuo y en cada canasta se hacía más plausible la remontada que parecía imposible.
En el CSKA comenzaron a aparecer los fantasmas. Aquella final de 2015 en la que ganaban al Olympiacos por nueve puntos a falta de tres minutos y que acabó en Atenas o las once Final Four a las que llegaban como favoritos y que acabaron sin premio para ellos. Le dieron tantas vueltas a la cabeza los jugadores rusos, que el bloqueo fue en aumento y a falta de tres minutos, el Fenerbahçe estaba ya a tiro de un triple (76-79). Se abría entonces un partido nuevo. Uno en el que los nervios y la grada iban a jugar un papel relevante. Nando de Colo , el MVPde la Euroliga y uno de los más inspirados hasta el mometno en el CSKA, desapareció. Lo buscaba desesperadamente Teodosic, el otro pilar ruso, pero el francés no quería saber nada, así que fue Khryapa el que salvó los muebles y llevó el duelo a la prórroga. Ahí, solo hubo un color. El rojo del CSKA, que evitó un nuevo sonrojo y pospuso un nuevo título de Zeljko Obradovic.