Panathinaikos-Real Madrid
Rudy obra el milagro blanco en Atenas
Los blancos, que llegaron a ir perdiendo por 18 puntos tras el primer cuarto terminaron ganando con un triple sobre la bocina del alero
Crónica
El Panathinaikos se jugaba mucho más que el Real Madrid pero solo mostró esa ambición en los primeros minutos. Un cuarto inicial en el que arrolló a los blancos (32-14), que no bajaron los brazos, creyendo siempre en la victoria hasta el suspiro final. Una última jugada a la que llegó con dos puntos de desventaja y que fue resuelta por Rudy Fernández con un triple acrobático sobre la bocina que le dio el triunfo al campeón. Una canasta «a lo Llull» que confirma la fe inquebrantable de este equipo y que le acerca a la segunda plaza.
Sin prácticamente nada en juego, con el factor cancha para cuartos ya asegurado, el Real Madrid buscaba en Atenas recuperar las sensaciones perdidas en la última semana, en la que venía de perder con estrépito en Vitoria en la Euroliga y ante el Barcelona en casa en partido de la Liga Endesa.
Have you ever seen ANYTHING like that?@rudy5fernandez wins it with a PRAYER at the buzzer.#7DAYSMagicMoment pic.twitter.com/2YczKHfhiU
— EuroLeague (@EuroLeague) March 28, 2019
Su mal arranque ante el Panathinaikos le obligó a un esfuerzo mayúsculo para enjugar la ventaja. Lo consiguió poco a poco, sin llamar la atención de un Panathinaikos que siempre se vio ganador. Calathes fue un suplicio durante todo el choque para la defensa blanca, aunque su superioridad se fue diluyendo por momentos.
Los verdes, que siempre fueron por delante, mantenían a raya al Madrid con una defensa férrea que no permitía lanzamientos sencillos. Solo Llull logró romper la muralla con cierta facilidad tras el descanso , con ocho puntos consecutivos que pusieron a los blancos en la senda de la remontada (50-44, min. 25). Fue el primer aviso para el Panathinaikos, que en realidad nunca vio peligrar la victoria hasta el final.
De hecho, a falta de cinco minutos mandaba con cierta holgura (71-60), pero se olvidó de cerrar el encuentro y en los últimos minutos le pudo la presión. Rudy castigó esa dejadez con una canasta histórica que permite al Madrid seguir soñando con la segunda plaza a la espera de rival para cuartos de final y, sobre todo, que le devuelve la confianza de cara a esa ronda previa a la Final Four.