Eurobasket | España-Rusia
España despide a Navarro desde el podio
La selección supera a Rusia en un gran partido de los Gasol y permite al capitán sumar otra medalla en su adiós
Crónica
Era día de despedidas en la selección y eso obligaba a un esfuerzo adicional. Al premio del bronce, España unía el adiós a un mito . La leyenda de un jugador frágil en lo físico, pero de inmenso talento. Quizá, el más grande que haya dado jamás la canasta nacional. Juan Carlos Navarro, el primero en abrir el camino de la generación de oro en la selección, cumplía su partido 253 con España y lo hacía con su décima medalla en el horizonte. Recompensa final a casi dos décadas de compromiso con una camiseta de la que solo le separaba una victoria contra Rusia.
Para afrontar con garantías el partido, el cuerpo técnico de España sabía que primero había que curar las heridas del varapalo ante Eslovenia. Por eso, Scariolo proyectó un vídeo antes del encuentro en el que, además de las familias de los jugadores, aparecían algunos de los compañeros que han sido parte importante en ese vestuario en los últimos años. Figuras como Felipe Reyes, Rudy Fernández o Sergio Llull. Amigos e integrantes de este grupo cuya unidad volvió a ser fundamental para alcanzar un nuevo éxito. La grabación cargó las pilas del grupo y les devolvió la confianza perdida en semifinales. Volvieron las sonrisas y los abrazos , especialmente cariñosos todos con Navarro, nostálgico en cada gesto.
Scariolo le regaló una última titularidad al capitán , cuya presencia en la cancha impulsó al resto del equipo. Cada minuto que pasaba era uno menos para su adiós. Uno menos para compartir con él sobre la pista. Por eso, tanto Pau como Marc, sus mejores amigos en la selección, se empeñaron en acercar lo antes posible el bronce con un inicio fulgurante que recordó su mejor versión del torneo. Los dos hermanos, imparables para las torres rusas, destrozaron por dentro a su rival. Mandaba con comodidad la selección (19-10, min. 8) cuando Marc robó un balón en la mitad de la cancha y fue frenado en falta antideportiva. Una acción que cambió las caras en el banquillo de España, mientras el pívot se dolía de su tobillo izquierdo tras ser arrollado por Khvostov. Marc, el mejor hasta ese momento con diez puntos, se fue directo a los vestuarios y en Memphis se encendieron las alarmas. La tensión duró solo unos minutos, porque tras el descanso Marc regresó y volvió a ser el mejor de la selección. Su ausencia en la cancha no rebajó la intensidad defensiva de España, que dejó a Rusia en solo 28 puntos al descanso. Mordía atrás el equipo, con Pau y Sergio Rodríguez liderando un ataque de nuevo eficaz (45-28, min. 20).
Empeñada en el lanzamiento exterior, con la única referencia ofensiva de Shved , Rusia se fue cabizabaja a los vestuarios. El segundo ataque más alegre del torneo era incapaz de anotar con fluidez, algo que cambió en el tercer cuarto. Vorontsevich contagió su buena tarde a sus compañeros, que se apuntaron a un intercambio de canastas en el que España se sentía cómoda. Tanto, que mediado el período la selección mandaba con mucha comodidad (60-43) y veía ya en el horizonte su sexta medalla consecutiva en un Eurobasket.
Se la jugó entonces Bazarevich , quitando a Shved de la cancha para darle el mando a Kulagin. El escolta se alió con Mozgov y Fridzon para fabricar un parcial que puso contra las cuerdas a España en un abrir y cerrar de ojos (78-76, min. 37). Tocaba un último esfuerzo. Un impulso final para regalarle a Navarro una alegría más. La enésima. Un robo de Sergio Rodríguez (16 puntos y 9 asistencias) allanó el camino y Pau Gasol terminó de acercar la medalla a España.
El pívot, de 37 años, selló el triunfo nacional con dos mates al contragolpe que dejan claro que hay Pau para rato. Dos acciones espectaculares que provocaron el delirio en el banquillo español. Con el bocinazo final, todos los ojos se volvieron hacia Juan Carlos Navarro, manteado sobre la cancha por sus compañeros. Emocionado luego en el podio, donde Marc le regalaba una última caricia. Saboreaba el momento el capitán, consciente de que ya no habría más. De que ahí culminaba una carrera espectacular e irrepetible. Una medalla más, la sexta consecutiva de España en un Eurobasket, que alimenta el futuro de la canasta nacional.