NBA
Willy Hernangómez: «Tiene que ser mi gran año en la NBA»
Tras cambiar de equipo a final de la temporada pasada, el pívot español brilla ya en la Summer League donde trata de impresionar a su nuevo técnico
Aún quedan meses para que comience de manera oficial la temporada en la NBA , pero Willy Hernangómez (Madrid, 1994) ya se ha puesto de corto para empezar a prepararla. Tras llegar a final de campaña a los Hornets , y tras el cambio de entrenador, el español le pidió a la franquicia disputar la Liga de Verano junto a los jóvenes talentos llegados a la liga. Muestra evidente del compromiso y las ganas con las que el pívot afronta su tercer año en la NBA. Cansado por el esfuerzo los últimos entrenamientos, Willy atiende a ABC , ilusionado con la que espera que sea la temporada de su explosión en la liga estadounidense.
¿Ha tenido la ocasión de conocer ya a Michael Jordan (el exjugador es el dueño de los Hornets)?
No, no. En los dos meses que pasé desde el traspaso hasta el final de temporada no coincidí con él y ahora tampoco. Sí que estuvo en algún entrenamiento, en algún partido, pero no he podido saludarle en persona. Estoy deseando conocerle este año y hablar con él sobre baloncesto.
Tiene que ser increíble tener a una leyenda como Jordan tan cerca…
Michael es una persona que ha sido jugador y, según me cuentan, es uno más dentro de la franquicia. Le gusta bajar al vestuario, hablar con todos, reírse junto al equipo… uno más, como le digo. Tengo ganas de conocerle, a ver si puede darme algún consejo para ser mejor. Porque no creo que haya nadie mejor que él para darte un consejo.
Más allá de eso, empieza un año ilusionante para usted, no solo por el cambio de equipo, sino por la llegada de un nuevo entrenador…
Con James Borrego he tenido contacto casi semanal durante el verano. Tanto él como yo estamos muy ilusionados con la nueva etapa. Creo que es un tipo de entrenador que puede ayudarme mucho a mejorar como jugador.
¿Qué le ha pedido?
Lo más importante es que cuenta conmigo. Me ha pedido que sea un jugador que cree juego, que haga buenas lecturas, que haga bloqueos… y que corra la pista. Son cosas que he intentado trabajar durante las vacaciones en España y que espero poner en práctica ya en la Liga de Verano.
¿Por qué ha pedido al equipo jugar la Liga de Verano (normalmente, solo la disputan los jóvenes recién llegados a la NBA)?
Le pedí a la franquicia ir a la Liga de Verano para conocer al nuevo cuerpo técnico y empezar a trabajar lo antes posible con ellos. Porque quiero jugar y competir. Quiero que sea vea sobre la cancha todo lo que he entrenado en estos meses. No es una Summer League normal para mí. Creo que es la mejor manera de poner los cimientos de lo que espero que sea una gran temporada.
¿Y cómo ha sido el aterrizaje?
Mis sensaciones han sido muy buenas los primeros días de entrenamiento y también en el primer partido. Físicamente me veo muy bien y estoy muy contento por el trabajo que he hecho durante las vacaciones en España. En el estreno estuve un poco nervioso y cogiendo sensaciones, pero espero ir a más (promedia 18 puntos y 12 rebotes en los tres primeros encuentros). Además, el primer contacto con el equipo técnico ha sido muy bueno. He hablado mucho, me dan mucha confianza e incluso hemos ido a cenar con ellos. Nos vamos a ayudar mutuamente para hacer mejor al equipo.
Acaba de volver de España, ¿hay algo que eche ya de menos?
Cuando acabó la pasada temporada, lo primero que hice al llegar allí fue ir a ver a mis abuelos, que son muy mayores. Les di una sorpresa, porque no sabían que había llegado, y ahora ya les echo de menos. Además, la paella y el gazpacho de mi madre . Eso sí, este año he aprendido a hacerlo y quiero ponerme a ello en Charlotte. Lo mismo luego me toca llevarlo al vestuario y todo, porque cuando traje jamón no vea cómo quería comerlo todo el mundo… (se ríe).
«No es una Summer League normal para mí, creo que es la mejor manera de poner los cimientos de una gran temporada»
¿Cómo carga las pilas Willy en verano?
Descansando y disfrutando con la familia y los amigos. Y este año, por primera vez, con los chavales de mi campus. Ha sido una experiencia fantástica. Me pone la piel de gallina ver la ilusión de un niño al verme aparecer en la cancha, al entrenar conmigo o estar comiendo juntos. Es ahí cuando te das cuenta de que los niños son lo mejor que hay y que hay que cuidar esa ilusión.
¿De qué se acuerda de cuándo usted era un niño?
Pues me acuerdo de ir al supermercado y encontrarme a Felipe Reyes. Me acuerdo de ir al cine y verle también, porque éramos vecinos y siempre me ha tratado muy bien, incluso cuando yo ni siquiera jugaba al baloncesto. Y luego cuando era canterano del Madrid, también. He aprendido mucho de él, he tenido mucha suerte y eso es lo que intento hacer y transmitir yo ahora a los niños.
¿Cuándo se llega a la NBA se vive todo con esa ilusión?
Puedo decirle que cada día me levanto con la misma ilusión que el día que llegué por primera vez. Estoy comenzando mi tercera temporada aquí, y la emoción de poder jugar contra los mejores jugadores, en la liga más potente, y hacerlo en el equipo de Jordan, no me deja perder ni un ápice de esa ilusión con la que aterricé en Estados Unidos hace ya dos años.
¿No se pierde eso un poco con el paso del tiempo?
Es verdad que ya estoy un poco más asentado, que ya sé cómo funcionan las cosas, y sí que ese nivel de ansiedad del principio se ha rebajado. Pero las ganas por demostrar que merezco estar en la mejor liga del mundo van a más y estoy convencido de que este tiene que ser mi año en la NBA.
«En la NBA aprendes a valorar otras cosas de la vida y a aprovechar cada oportunidad que tienes en la cancha»
¿Es cierto eso que dicen de que en la NBA se juega mucho y se entrena poco?
Creo que cuando eres joven sí que entrenas mucho, pero también juegas bastante. La temporada es como un maratón sin pausas, todo el día arriba y abajo, de avión en avión, aunque terminas acostumbrándote. Este último año yo no he jugado tanto y he aprovechado para entrenar muchísimo y tratar de mejorar. Pero sí que es verdad que las superestrellas, que juegan 40 minutos por partido, sí que hacen un trabajo más específico de recuperación para volver a rendir otra vez igual de bien al día siguiente.
¿Qué se aprende en la NBA?
De todo. Mejoras como persona, mejoras como jugador de baloncesto y mejoras físicamente. También te da tiempo a aprender a valorar otras cosas de la vida y a aprovechar la oportunidad y la experiencia de jugar en la mejor liga. Puedo decir que soy un Willy diferente al que se fue hace dos veranos a Estados Unidos. Mucho mejor en casi todos los aspectos.
¿Con qué se queda de estos dos años?
Pues han sido dos años bonitos y complicados a la vez. He pasado por muchas cosas, he aprendido a ser más paciente y a mejorar sobre todo en el aspecto mental. La mentalidad que tengo ahora es la de trabajar para intentar ser mejor cada día sin importar mucho los factores externos. Eso pasa por acabar cada entrenamiento teniendo la certeza de que lo has dado todo. Que te has dejado cada gramo de fuerza en la pista. Si lo haces, al final van a llegar los resultados. No hay más.
¿Y valora más los minutos en la cancha?
Sí, sin duda. Cada oportunidad que me dan sé que tengo que aprovecharla al máximo y salir a morder. Luchar por cada balón como si fuera el último. Pasar tanto tiempo en el banquillo hace que te des cuenta de lo difícil que es jugar en la NBA y de lo bonito que es conseguirlo. Por eso cada bloqueo, cada rebote, o cada lanzamiento que hago cuando estoy en la pista lo afronto como si fuera lo más importante.
¿Ha sido más duro de lo que imaginaba?
Creo que ha habido cosas duras y cosas muy buenas. Me quedo con todo. Todo me ha ayudado a mejorar. Todo me ha ayudado a ser la persona que soy a día de hoy. Mi etapa en Europa me ayudó a prepararme, así que esta transición de esta última temporada en la que apenas pude jugar me hace que haya dejado de pensar mucho más allá del futuro más próximo.
«Pasar tanto tiempo en el banquillo hace que te des cuenta de lo difiícil que es jugar en la NBA»
¿Cuesta centrarse en el baloncesto cuando uno llega a la NBA y lo hace en una ciudad como Nueva York?
La verdad es que no, porque yo venía de jugar en el Madrid, en una ciudad también con muchas cosas que hacer y mucha vida social y la verdad es que en ese sentido no me sentí deslumbrado por la «Gran Manzana». Nueva York es la capital del mundo, puede que tenga un plus por encima en ese sentido que Madrid, pero yo siempre he estado muy centrado. Sabía que venía a la NBA para jugar al baloncesto, a trabajar muy duro, pero también a disfrutar de la experiencia sin que eso supusiera dejar a un lado del baloncesto. Al contrario. La canasta siempre ha estado en el centro de mi vida y ahora, en Charlotte, eso no ha cambiado tampoco.
Tras un primer año muy bueno en los Knicks, la temporada pasada apenas contaron con usted y fue traspasado a los Hornets. ¿Cómo se acepta esa montaña rusa?
Es complicado. Después de terminar muy bien la primera temporada, que suele ser la más difícil, te ves un poco frustrado porque las expectativas que te habías creado no se ajustan a la realidad. Esto es la NBA y sabes que todo puede cambiar. Vino otro general manager, se ficharon jugadores nuevos y de la noche a la mañana ya no entraba en los planes de presente y futuro en el equipo. Durante los meses que estuve sin apenas jugar, me centré en mejorar en los entrenamientos, porque no podía hacer nada más. Luego llegó el traspaso a Charlotte y la verdad es que fue todo muy bien, porque terminé el año jugando otra vez y esta temporada confío en poder volver a ser importante. Estoy muy ilusionado por el nuevo año que empieza.
«A Parker lo conozco de hace tiempo. Que haya jugado con Pau es muy bueno para mí y seguro que va a ayudarme»
En Charlotte va a compartir vestuario con una leyenda como Tony Parker…
Es una gran oportunidad de aprender de uno de los mejores de la historia. A Tony lo conozco de hace tiempo, y que sea europeo y que haya jugado con Pau es muy bueno para mí, porque seguro que va a ayudarme. En la NBA te tienes que acostumbrar a compartir vestuario con grandes jugadores y lo más importante es coger algo positivo de todos ellos. Por ejemplo, con Dwight Howard hice un máster de cómo ser pívot en solo unos meses. Ahora, sin él ya en el equipo, se abre un hueco y espero poder ocupar yo buena parte de esos minutos.
Jugar la Liga de Verano le ha impedido acudir a la llamada de la Selección…
Sí, esta vez no ha sido posible. Me encanta jugar con la selección, pero creo que este año es importante para mí y para mi carrera. También para la franquicia, así que he tenido que decir que no esta vez a la selección, pero espero poder estar, si todo va bien, en la ventana de septiembre o el próximo verano. España siempre va a estar en mi lista de prioridades.
¿Y lo de volver a jugar en España, lo ve cerca o lejos?
Eso no lo veo, ni lejos ni cerca. Ahora mismo no pasa por cabeza.