Darussafaka-Real Madrid
Triunfo vital en Estambul
El Real Madrid gana en casa del Darussafaka y se queda a una victoria del pase a la Final Four
Crónica
Alejado del bullicio del centro, la casa del Darussafaka se camufla dentro de un complejo cultural en el barrio financiero de Estambul. Es un pabellón atípico que nada tiene que ver con los otros colosos de la ciudad. De hecho, en sus inicios era una sala de conciertos y no fue hasta hace dos años cuando se remodeló pensando en la Euroliga. Allí, el Darussafaka ha ido construyendo un sueño a base de ilusión y cimentado en los euros sin límite que su propietario ha puesto sobre la mesa. Un deseo de estar en la Final Four que el Real Madrid se encargó ayer de acercar a la capital de España.
Los blancos, contra las cuerdas tras la derrota de hace unos días en el Palacio de Deportes, resurgieron en el Volkswagen Arena con un encuentro mayúsculo en el que volvieron a brillar sus mejores cualidades. Juego veloz de ataque, alegre, que sepultó al Darussafaka y le devolvió la ventaja en la serie a falta de dos partidos. Un golpe sobre la mesa que devuelve al Real Madrid a la senda de la Final Four y que carga de confianza alguna de sus muñecas más maltrechas.
Una de ellas, la de Luka Doncic , que pasó de las lágrimas tras ser sustituido en el segundo partido a brillar con luz propia en el inicio del tercero. El esloveno, muy gris durante toda la serie, se destapó ayer con un primer cuarto preciso que catapultó al Real Madrid. Esta vez no hubo dudas en el principio y el equipo de Laso tomó la delantera con un parcial de 16-0 liderado por el base (11-25, min. 8). La ventaja se mantuvo gracias al acierto colectivo, la lección pendiente de los blancos en estos cuartos de final. Ayón, Llull y Randolph –los tres pilares ofensivos en cuartos– apenas aparecieron en la primera mitad y aún así el Madrid mantuvo la ventaja en el marcador . Carroll, con ocho puntos en el segundo cuarto, evitó la remontada de los turcos, que sin Wanamaker –muy bien defendido por Taylor– se resintieron mucho en ataque (33-46, al descanso).
Amago de remontada verde
Apesar de tener controlado el choque, Laso no se fiaba. La remontada verde en el Palacio hace unos días era un aviso suficiente para él, que aprovechó el paso por los vestuarios para advertir a sus jugadores. La puesta en escena de los blancos en el tercer cuarto fue buena y eso limitó los daños tras el despertar del Darussafaka. Wanamaker se olvidó del aro y comenzó a hacer jugar a su equipo (9 asistencias) y la distancia en el marcador se fue enjugando poco a poco. Ayón sostenía al Madrid, que boqueaba buscando el final mientras Wilbekin y Zizic martilleaban el aro español .
Llegó a soñar la grada con otra remontada verde (74-77, min. 38), pero fue entonces cuando aparecieron Ayón y Llull, protagonistas de toda la serie, que tomaron la responsabilidad en los últimos minutos para romper el sueño del Darussafaka y dejar al Real Madrid a un solo triunfo de la Final Four. Victoria que podría llegar mañana en Estambul o el martes en Madrid.