Copa del Rey
La Copa del Rey desde el corazón del vestuario del Real Madrid
Las críticas por los malos resultados sirvieron de acicate al grupo para ganar el título en Málaga
Llegaba el Madrid a Málaga envuelto en dudas tras sus últimos resultados y lastrado por los problemas físicos. Críticas que golpeaban desde fuera del vestuario, donde había confianza plena. Como siempre. Se ha encargado de construirla Laso con el paso de los años y en ese ambiente positivo es donde se ha erigido la leyenda. También en esas críticas que impulsaron la rabia de los blancos en la pista del Carpena , donde se han exhibido en cuatro días para el recuerdo. Dominio total en la Copa que supone el decimonoveno título de la era Laso . Una barbaridad que el técnico veía ayer como algo normal.
«Sé que no podemos ganar todos los partidos. Me fastidia, pero sé que no es posible. Sería gilipollas si entrara al vestuario y les dijera que tienen que ganar siempre. No soy tan tonto. Lo único que le pido a este equipo es que compita en cada partido, porque sé que eso sí lo pueden hacer. Que hayamos levantado tantos títulos en estos nueve años lo único que me dice es que competimos siempre y de eso estoy orgulloso», expresó el técnico.
Para Laso, la clave de esta final no ha estado tanto en Campazzo o Tavare s como en la fuerza del grupo. Confesó el técnico que llegaron a Málaga con varios jugadores entre algodones y que la habilidad del cuerpo médico ha sido fundamental. «Si alguien merece que le dedique este título es mi grupo de trabajo. Todo el staff que llega cada día a Valdebebas y que aportan cada uno para que estemos hoy aquí. Me decía hoy un fisioterapeuta que no ha trabajado más en su vida y eso explica lo difícil que ha sido esta Copa. El gemelo de Randolph, los problemas de Rudy en los abductores... muchos jugadores no estaban para jugar, pero todos lo han hecho y eso habla muy bien de ellos», señaló el entrenador blanco, que en Málaga sumó su sexta Copa en el banquillo, una más que Aíto García Reneses .
Uno de los jugadores que más dolores han arrastrado esta temporada ha sido Felipe Reyes , fundamental ayer ante Unicaja por los problemas de faltas de Tavares . «No tenía dudas de que Felipe jugaría y lo haría bien el tiempo que hiciera falta. Cuando uno se va haciendo mayor le cuesta más coger el ritmo y él ha tenido una temporada llena de dificultades y lesiones. Aun así, ha hecho un trabajo encomiable para el grupo y me alegro por él», señaló sobre el capitán, uno de los más felices en la pista.
Es la séptima Copa de Reyes , que se lleva a Málaga en el corazón. «Ha sido un fin de semana muy emotivo», afirmó el capitán blanco, que además de la réplica del trofeo se llevó a casa el balón de la final.
Sobre la pista, hubo poca euforia y muchos niños. Los hijos de Llull, Rudy, Thompkins... hasta el bebé de Campazzo disfrutó con celebración contenida de los madridistas, conscientes de que el premio gordo de la temporada aún está por llegar. El base balear se encaramó para llevarse a casa la red de la canasta. Ritual que también cumplió Rudy Fernández. Ambos, junto a Carroll y Reyes, los veteranos del vestuario. Más eufóricos estaban los jóvenes como Garuba, que celebraba su primer título con los «mayores». Alegría contenida, pues no para el calendario y el jueves se mide al Fenerbahçe.