La canasta ganadora más absurda de la historia

Era un encuentro sin alicientes, con los Spurs ya anclados a la segunda posición del Oeste y los Blazers condenados a vérselas con los Warriors en primera ronda de playoffs. Aún así, el duelo entre ambos equipos encontró en la última jugada una canasta para recordar. Un lanzamiento sobre la bocina de Noah Vonleh que selló el triunfo de los locales de la manera más inesperada (99-98).

Los Spurs habían amasado una ventaja de tres puntos a falta de 18 segundos para el final. Un mate de Jake Layman reducía esa diferencia a la mínima expresión, pero había que esperar aún una pérdida de los Spurs. Un milagro. Se produjo tras el mal pase de Kyle Anderson, que le dio a los Blazers una última oportunidad (97-98).

Sin Lillard ni McCollum en pista -ambos con el día libre por descanso-, la responsabilidad le cayó a Napier . El base suplente, poco acostumbrado, encaró a su par y buscó la canasta, aunque en su intento perdió el control de la pelota.

Ni David Lee ni Kyle Anderson se pusieron de acuerdo para recuperar el balón y terminar con el partido, así que la bola, sin dueño, terminó en las manos de Noah Vonleh , que solo tuvo que introducirla en el aro sin oposición y justo cuando terminaba el tiempo en el reloj. Una canasta feliz, aunque absurda. Triunfo estéril que siempre recordará el pívot de los Blazers.