Baloncesto
Habrá clásico en Belgrado
El Barça, de la mano de un Laprovittola de leyenda, se impone al Bayern y se enfrentará al Madrid en las semifinales de la Euroliga
Crónica
Renació el Barcelona a tiempo, cuando las grietas parecían insalvables. Los catalanes certificaron su pase a la Final Four de Belgrado tras un partido de menos a más. Fueron, de nuevo, sepultados por el Bayern de Múnich en la primera parte para en la segunda firmar uno de sus mejores cuartos de las últimas semanas, lanzados por las grandes actuaciones de los Nicos, Mirotic y Laprovittola , que una vez más hicieron de guías por el desfiladero. El Madrid les espera en las semifinales , que se disputarán el día 19. La otra eliminatoria la protagonizarán el Efes turco y el vencedor del Olympiacos-Mónaco, que se juega este miércoles (20.30 horas, DAZN).
Rugía la tribu del Palau, la situación lo requería. Tras la última derrota sufrida en Múnich, de las más contundentes de la era Jasikevicius , el Barcelona necesitaba de todas sus armas para tumbar al sorpresivo equipo alemán, que se clasificó para los playoffs en buena parte por la expulsión de los conjuntos rusos y que ha demostrado durante la serie contra los azulgranas tener tanta hambre como los grandes. Como el pasado viernes, un contundente inicio de los germanos hizo flojear a los locales, que pese a que continuaron con su mala racha desde la larga distancia en el primer cuarto sí se mostraban mucho más agresivos cerca del aro rival, con Mirotic y Davies como principales argumentos. La balanza equilibrada en un partido precioso en lo atmosférico y en lo competitivo. La recompensa era un billete para la Final Four, nada menos.
La defensa ideada por Trinchieri escribía el guión del duelo, incapaces los catalanes de sentirse cómodos, perseguidos en cada opción, agobiados y ansiosos. Solo la magia de Laprovittola, constante en sus trucos durante toda la temporada, tambaleaba al búnker bávaro, que tras el robo se desplegaba con eficacia, como una bandada de aves migratorias, siempre con su objetivo en el horizonte. Calathes, máximo asistente de la historia de la Euroliga, recibía una distancia insultante de sus defensores, conscientes de que el base atraviesa en estos playoffs por una de sus peores rachas de tiro. Se embotellaba el Barça y se encomendaba a Mirotic, que no sin sufrimiento mantenía las aspiraciones de los suyos vivas al descanso, aunque de milagro, porque al Bayern, aupado por un Jaramaz en trance, le entraba hasta el tiro más difícil.
Tras el descanso, fe. Un tiro de tres de Calatahes, una buena defensa grupal y una canasta de un Mirotic imperial calentaron al Palau como una olla, enfriada poco después por un triple inverosímil y sobre la bocina de Jaramaz. El partido, tras tanta pizarra y baloncesto de músculo, se volvió un festival de acrobacias, un circo en el que el Barcelona se reencontraba consigo mismo, impenetrable en defensa y suave en ataque con la abundante calidad que conjunta su plantilla. Mención aparte merece, de nuevo, Laprovittola, que cuando todo es caos, se convierte en un héroe al que seguir. Incluso se permitió el lujo de celebrar uno de sus tiros como lo hacían Larry Bird o Michael Jordan , encogiéndose de hombros porque esta campaña, a ratos, es imparable. Tremendo tercer cuarto del Barça, que acariciaba la Final Four.
Le salía todo al Barça, que veía cómo los demonios que le habían acercado al abismo contra el Bayern se difuminaban hasta nuevo aviso. Solo Hunter y su intensidad imperecedera daban algún que otro pellizco a los azulgranas. Se caían los de Múnich y el Barça resoplaba, feliz por la clasificación aunque con mucho sobre lo que teorizar antes de viajar a Serbia, pues llegaron a los playoffs como máximos candidatos al título, tras una fase regular muy dominante, y los abandonan con más heridas de las esperadas. Tienen poco más de dos semanas para que cicatricen. En Belgrado ya espera el Real Madrid y solo uno pasará a la final de la Euroliga.
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