El Barça y un cuarto para la historia

El Barça de Sarunas Jasikevicius, pese a la derrota en la final de la Euroliga contra el Anadolu Efes, es un equipo que luce magnitudes gigantescas. Una plantilla estelar formada a base de talonario y dirigida de manera militar por el entrenador lituano. Una combinación que, a falta de títulos para corroborar su grandeza, seguramente quede como la única herencia positiva de la gestión de Josep María Bartomeu , principal artífice del proyecto ahora en manos de Juan Carlos Navarro. Los catalanes, en esa búsqueda del oro, dejaron en la noche de ayer un tercer cuarto para la historia. No solo arrasaron al Lenovo Tenerife (112-69) en el primer partido de las semifinales de la ACB, sino que registraron el mejor cuarto de la historia de la fase final del campeonato: 40 puntos en 10 minutos.

El trance en el que se adentró el Barcelona ayer en el Palau, además de con metáforas, se explica con los números en la mano. Tras la vuelta del descanso y cuando el partido aún estaba más ajustado (46-36), liderados por un gran Nikola Mirotic, el equipo fue inmisericorde y anotó siete tiros de campo sin fallo, además de cuatro tiros libres con total efectividad. En el cómputo global del tercer periodo, encestaron 16 de los 19 tiros que intentaron (82% de efectividad) y aún más espectacular fue su acierto desde la línea de tres, donde siete de sus ocho intentos atravesaron la red (87%). Como aderezo, en la segunda parte metieron tantos puntos como su rival en todo el partido, 69, números que parecen llegados desde el otro lado del Atlántico y no desde el baloncesto nacional.

Pese a que el Barcelona podría optar por la vía fácil debido a la categoría de sus jugadores y sus individualidades, Jasikevicius ha conseguido dotar de un alma coral y defensiva a un grupo de estrellas, todo un acierto hasta ahora y que relució ayer. Contra el Tenerife, seis jugadores de los 12 que conforman su plantilla anotaron 10 puntos o más: Mirotic (21), Bolmaro (17), Abrines (13), Kuric (13), Gasol (11) y Smits (10). El balón se alquila pero no se compra en este Barcelona.

La exhibición, además de sobresalto en el aficionado, supone algo de calma para un Barcelona atormentado (y algo justo de forma) desde el fiasco de Colonia. Los azulgrana fueron a rebufo del Madrid de Laso en la temporada regular y nunca consiguieron arrebatarle la primera plaza. Tras vencer al Juventud en la primera ronda de los playoffs (2-1), los pupilos de Jasikevicius ven en el título de la ACB la oportunidad perfecta para reafirmar su buena temporada, pues ya ganaron la Copa del Rey en enero . Como siempre en el deporte, también hay redención, ya que el equipo rozó con las manos el trofeo la temporada pasada en la burbuja de Valencia contra el Baskonia pero cayeron en la final contra los vascos. Además, no lo levantan desde la temporada 13-14, números un tanto sonrojantes para un equipo de este calibre. El vendaval de ayer es un buen punto de partida para la personal reconquista.