Los problemas que impiden a la NBA desembarcar ya en Europa
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Los problemas que impiden a la NBA desembarcar ya en Europa

Analizamos las causas por las que la mejor liga del mundo aún no ha creado una división con los grandes clubes europeos

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Analizamos las causas por las que la mejor liga del mundo aún no ha creado una división con los grandes clubes europeos

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  1. Construir pabellones «NBA»

    Uno de los primeros pasos para poder traer la NBA es la creación de pabellones como los que existen en Estados Unidos. Auténticos centros de entretenimiento que van más allá de la cancha. Arenas donde caben más de 20.000 personas (en España el Barclaycard Center apenas llega a los 13.500, por poner un ejemplo) y con un espectáculo listo en cada descanso del encuentro. Lo último, es fácil de conseguir con un poco de empeño; lo primero, resulta más complicado, aunque alguna de las grandes capitales europeas, como París, Berlín o Londres, cuentan ya con recintos muy cercanos a los grandes templos de Estados Unidos Unidos, como el Madison Square Garden o el TD Garden de Boston o el Staples Center de Los Ángeles.

  2. Los largos viajes a Europa

    David Stern ya lo anunció hace años y ahora lo confirma Adam Silver. Para que la NBA en Europa sea rentable, tendría que formarse una división entera y no solo uno o dos equipos. Así, cada viaje de un equipo americano a Europa serviría para disputar cinco o seis partidos, lo que amortizaría el largo desplazamiento. Algo parecido a lo que ocurre cuando los equipos de la conferencia Este viajan al otro lado del país para jugar de manera consecutiva tres o cuatro encuentros.

    Por eso, la NBA solo sería viable en Europa con una división que englobara a varios equipos, que disputarían cuatro encuentros entre sí y que viajarían a Estados Unidos para enfrentarse una vez con cada uno de los 30 conjuntos que hay allí divididos en dos conferencias.

  3. El draft y el mercado de fichajes

    Los aspirantes a formar parte de la NBA deberían abandonar el actual sistema de canteras y del mercado de fichajes. Tendrían que adoptar el sistema de traspasos de la liga estadounidense, con un límite salarial de las plantillas y la adquisición de las nuevas promesas a través del draft en función de la clasificación del año anterior. Se supone con ese Adiós a la ley de la oferta y la demanda. A la ley del más fuerte y del poder del dinero. ¿Podrían adaptarse a eso Real Madrid, Barcelona, CSKA o los grandes de Turquía?

  4. La diferencia horaria

    Jugar partidos en Europa implicaría un problema para la audiencia de la NBA en Estados Unidos. Un encuentro disputado a una hora normal en Madrid (20.45 horas), significaría que un neoyorquino lo vería a la hora de comer y que un aficionado de Los Ángeles tendría que madrugar para verlo en directo o que tendría que seguirlo desde el trabajo. Si ya es difícil adecuar los horarios dentro de Estados Unidos, la expansión obligaría a jugar con muchos más usos horarios y este es uno de los principales problemas para patrocinadores y cadenas de televisión.

  5. La duración de los partidos y las reglas

    El baloncesto es baloncesto, pero no se juega igual en Estados Unidos que en Europa. Los aficionados del continente europeo tendrían que acostumbrarse a las reglas del juego de la NBA. Partidos de 48 minutos -8 minutos más que en Europa-, seis faltas personales por jugador y algunas reglas defensivas que impiden el 2 contra 1 o barrer la pelota cuando ésta toca el aro. Acciones como los controvertidos «pasos de salida» también darían que hablar en una hipotética expansión.

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