Liga Endesa

Fiesta blanca en el vestuario del Palau

El Real Madrid celebró su triunfo liguero por todo lo alto en el corazón del pabellón azulgrana al ritmo de reggaeton

Fiesta blanca en el vestuario del Palau EFE

Emilio V. Escudero

Al otro lado de la puerta del vestuario visitante, resonaba un cántico poco reconocible en el Palau. “Así, así, así gana el Madrid”, se escuchaba con fuerza. Retumbaban los cimientos del vetusto pabellón con la fiesta blanca desatada en el corazón de la casa del Barcelona. [ Crónica del Barcelona-Real Madrid ]

La tímida celebración sobre la pista, donde solo Rudy Fernández y Llull se saltaron el protocolo para cortar y llevarse la red de la canasta, elevó su temperatura dentro del vestuario. Allí volvió a sonar “El Taxi”, la canción oficial del equipo, con la que este año han celebrado la Supercopa, la Euroliga, la Copa del Rey y esta liga postrera con la que completan el pleno de títulos.

Alegría inmensa, compartida por toda la directiva blanca. Llegó a tiempo Juan Carlos Sánchez , demasiado nervioso para seguir el último cuarto. Tanto, que tuvo que abandonar el Palau para templar sus ánimos, aunque eso significara perderse la parte decisiva del encuentro y de la temporada. Junto a él, un Herreros que emulaba la imagen protagonizada por él hace una década, cuando asaltó con Djordjevic el Palau en otro de los momentos de gloria del Madrid en esta cancha. Ambos, felices, supieron esperar en un segundo plano mientras los jugadores festejaban.

Once meses y medio... ¡Vacaciones!”, gritaba Felipe Reyes , en referencia a la larga temporada, solapada con su participación en el Mundial. Esfuerzo recompensado de sobra con estos cuatro títulos, impensables cuando Orenga le condenaba al ostracismo.

Llull, abrazado al trofeo que le distinguía como mejor jugador de la final, entonaba junto a sus compañeros el “yo no quiero agua, yo quiero bebida” , coreado por todos mientras descorchaban cava por encima de los presentes. Fiesta de camisetas mojadas, pero en versión casta.

A medida que se rebaja la euforia, lo hacían los decibelios. Móvil en mano, libertad plena, tocaba responder mensajes. Cientos en cada teléfono, que a la vez servía para inmortalizar un sinfín de "selfies". Una noche que se antojaba larga en Barcelona, donde el equipo tenía pensado hacer noche antes de viajar a Madrid, donde el jueves tenían cita con el nuevo gabinete del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad a partir de las 13:30 horas .

Fiesta blanca en el vestuario del Palau

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