NBA
Estados Unidos cae ante el resto del mundo en el partido de las jóvenes promesas del All-Star
El combinado internacional de jóvenes estrellas de la NBA se impone con un juego más a la europea a las promesas estadounidenses
El partido de las jóvenes promesas del viernes por la noche es la última de las apuestas de la NBA para hacer más atractivo el fin de semana del All-Star. En esta edición, enfrentaba a los mejores jugadores de primer y segundo año de la liga en dos equipos: estadounidenses y extranjeros.
Ganaron con claridad los segundos, con un equipo más fuerte y experimentado que los locales. El marcador fue de 121-112 a favor del resto del mundo, comandado por el compañero de Ricky Rubio en Minnesota Timberwolves, el canadiense Andrew Wiggins, que anotó 22 puntos y fue elegido MVP del partido.
Los mejores del lado estadounidense fueron Victor Oladipo, de Orlando Magic, y Zach LaVine, también de los Timberwolves, ambos con 22 puntos.
El hispano-montenegrino Nikola Mirotic fue uno de los más destacados en el equipo de foráneos, con 16 puntos. Anotó cuatro triples en la primera parte, lo que le hacía apuntar hacia MVP de la noche, pero en la segunda mitad su juego perdió protagonismo.
Tras el partido, en la zona mixta, Mirotic se mostraba satisfecho de su primera participación en un All Star. «Ha sido muy divertido, hemos sabido mover el balón y ganar el partido», dijo con su barba, cada vez más larga, todavía sudada. «Estaba claro que somos mejores, lo habíamos hablado en el vestuario», reconoció el ex jugador del Real Madrid, que está firmando una primera temporada en los Chicago Bulls muy buena.
«Esto es solo para divertirse, lo importante son los Bulls. El equipo ha vuelto a jugar bien, a sentirse cómodo, vamos para arriba», afirmó pocas horas después de ganar, la noche del jueves, a uno de los gallos de su conferencia, los Cleveland Cavaliers de Lebron James.
La diversión de la que hablaba Mirotic debió sentirse más en la cancha que en la grada, bastante fría y desconectada del partido. El encuentro cometió los mismos pecados que el partido de las estrellas que se disputa este domingo o de anteriores ediciones de partidos de ‘rookies’ o jóvenes promesas: defensas inexistentes, falta de ritmo, canastas intrascendentes por la falta de oposición, errores en los pases, ‘alley-oops’ fallidos…
Algún que otro mate espectacular, los tapones contundentes del francés Rudy Gobert y los espectáculos de los descansos y tiempos muertos es lo único que provocaron los aplausos del respetable en el Barclays Center, en Brooklyn. Solo se les vio levantarse de sus asientos cuando lanzaban camisetas desde el parqué en las interrupciones.
Como en el partido grande del All-Star, en los últimos diez minutos hubo un poco de pelea, y ahí es donde se vio la consistencia del combinado internacional, con defensa más consistente y un ataque con más movimiento de balón, a la europea. Siete de sus jugadores acabaron por encima de los diez puntos.
Quizá el año que viene, si se mantiene este formato, el partido sea más interesante, con el orgullo de los estadounidenses picado.