El segundo palo
La burbuja
«Simeone tiene a Joao Félix donde quería, al borde de un ataque de nervios, histérico, y nadie hará o dirá nada»
Marginado, sin dorsal y sin ofertas: el laberinto de Joao Félix

En la burbuja ven como una gravísima cuestión de Estado el que un oso pardo olisquee un madroño por poniente o lo haga por levante y, como si de esa Champions que al parecer le debe el fútbol al Atleti desde los tiempos de ... Maricastaña, se acaba celebrando en Neptuno el título de que el escudo sea así o sea asá pero hete aquí que prefiere pasarse de sorprendentes puntillas, o sea como no lo haría en ningún caso nuestro querido plantígrado, sobre el espinoso asunto del odio africano que siente el entrenador mejor pagado del mundo, o sea Simeone, por el futbolista más caro de la historia del club, Joao Félix.
Un día el portugués se las tiene tiesas con el director deportivo, otro arroja con rabia contra el suelo el peto de entrenamiento, pero los perioatléticos permanecen sorprendentemente en la Babia de Los Ángeles de San Rafael sin que nada ni nadie, salvo quizás el olorcillo del sabroso cochinillo de casa José María, altere un ápice su particular ecosistema.
Da toda la impresión de que el Cholo tiene a este chaval donde quería, al borde de un ataque de nervios, histérico y en ese punto de ebullición futbolístico que amenaza con convertirlo en gaseoso a la vista de todos para, a la postre, acabar evaporado. Y nadie hará o dirá nada, nadie osará tampoco preguntar por qué, a nadie importará que el chico de los 127 millones no tenga ni siquiera un hueco entre los veinte mejores de la plantilla.
A Joao lo han dejado colgado de la brocha, así de claro, y ahora sólo queda esperar para saber cuándo y por qué explotará. Un día simplemente habrá dejado de ocupar un espacio físico, ya no aparecerá en la foto y el tema de conversación entre los perioatléticos pasará a ser de nuevo el último baile provocador de Vinicius.
Es lo que tiene un blindaje sobreprotector XXXL como el de Simeone, el técnico al que todos los años homenajean por quedar tercero. Nadie pregunta ¿por qué?, no existen críticas dentro de la burbuja, no hay nadie tampoco capaz de recordarle a este entrenador que es mortal, 'memento mori'. Y así, claro, podrán pasar otros cien relajados años más, sin presión de ninguna clase, sin explicaciones y con otro futbolista de categoría devorado por este Rey Sol de Buenos Aires.
Antes escapará del escudo el oso pardo para exigir responsabilidades que pasará a la acción el mudo periodismo Lewinsky del régimen cholista. ¿Hay alguien en la sala que los pueda entender?
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