Atlético
Marcos Llorente, la revelación del multiusos
El centrocampista ha culminado un año de ensueño gracias a su nueva vocación ofensiva
Siempre a la carrera, desde el minuto uno hasta el noventa, Marcos Llorente se ha ganado un lugar privilegiado en el cuadro honor del Atlético campeón. Es, sin ninguna duda, la gran revelación de la temporada, un curso que le ha encumbrado como jugador multiusos y en el que ha confirmado que aquella noche soñada de Anfield, donde comenzó su explosión, fue solo la mecha necesaria para descubrir a un jugador de calidad superior.
Resulta casi increíble la trayectoria que ha seguido Llorente desde su aterrizaje en el Atlético . Se le fichó como sustituto de Rodri para ocupar la posición de mediocentro de contención, pero sus inicios como rojiblanco fueron desastrosos. Ante la afición tuvo que cargar con la cruz de llegar desde el máximo rival, pero además Simeone nunca terminó de encajarle en esa posición. Durante meses alternó el banquillo con la grada. Incluso cuando era titular ocurrían cosas estrambóticas, pues su intrascendencia a menudo provocaba que el Cholo, en un gesto muy de su agrado, le fulminara en el banquillo para intentar revertir un mal partido.
La suerte de Llorente comenzó a cambiar a partir del mes de febrero, un mes antes de su doblete estelar en Liverpool . Fue en un duelo ante el Real Madrid, su primer partido completo como rojiblanco, y en el que apareció en la alineación más volcado hacia la banda derecha. Simeone había encontrado un filón. A partir de ahí jugó cinco partidos consecutivos y marcó su primer gol, ante el Valencia, antes de que la pandemia cortara su evidente progresión justo después de tocar el cielo.
Por suerte para él, a la vuelta del fútbol siguió exhibiendo su mejor versión, cada vez más protagonista y volcado al ataque. Su entrenador era ya un convencido de su potencial, de su poderío físico y su entrega. «Cuando los jugadores te transmiten herramientas, los entrenadores tenemos que estar preparados para aprovecharlas. Yo veía que hacía goles, goles, goles... Y un chico que hacía goles había que aprovecharlo, porque el gol es muy importante dentro del fútbol», explicaba Simeone el junio pasado sobre su descubrimiento. En la nueva temporada amplió horizontes y se asentó como segundo punta, aunque cuando ha hecho falta se le ha visto hasta de carrilero. Es el chico para todo de la Liga, un todoterreno que ha mejorado sus números sin descanso hasta superar la décena de goles y asistencias. Se ha asociado a la perfección con Luis Suárez para convertirse en una de las parejas más productivas del campeonato. Pero no solo con el uruguayo ha conectado. También con Trippier ha formado sociedad en la banda derecha.
Tras su salto al estrellato a Llorente se le ha observado con lupa. De ahí que se sepa que la preparación física, la alimentación, el descanso y la mentalidad adecuada son los cuatro pilares en los que basa su carrera y su éxito. Y cuida todos esos aspectos con mimo. Por eso duerme en una cama de 35.000 euros, mantiene una dieta paleolítica, trabaja el doble de lo que exige el Profe Ortega y se pone en manos de un grupo de psicólogos que le ayudan a tener su cabeza en paz.
Su buena temporada, no podía ser de otra forma, trajó también el premio de la selección. Luis Enrique le llamó por primera vez en su convocatoria de noviembre. Debutó en el amistoso ante Países Bajos (0-0) y lo hizo como interior. Para la siguiente lista el seleccionador le probó como lateral derecho, una de las posiciones que generan más dudas al asturiano de cara a la Eurocopa. Para ese torneo, si nada se tuerce, Llorente tendrá su plaza. Su polivalencia también ha conquistado a la selección.