Real Madrid 2 - Atlético 0

Malas caras con los cambios en el Atlético

Joao Félix y Luis Suárez se enojan por las sustituciones de Simeone

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El Atlético venturoso de este curso se planta erguido en el inusitado Valdebebas, un campo de entrenamiento que no parece propio para un partido de esta talla o de una Champions. Pero rápidamente se aprecia que el asunto no funciona como otras noches, pese a que el Cholo prescinde de uno de sus pilares (Saúl) para aportar más toque con Herrera. Hay un agujero del tamaño del canal de Suez por la banda izquierda, donde Carrasco sufre ante las acometidas de Lucas Vázquez.

El recurso de Herrera, que tampoco atina en la primera parte insustancial de su equipo, se explica por uno de los fundamentos de trabajo de Simeone. La justicia en el mérito, la ausencia de decisiones caprichosas. Saúl lleva una mala temporada, coronada en Salzburgo con un mal partido y un enfado notable en la grada al ser sustituido. Herrera, que se escurre en el gol de Casemiro, no lo mejora y el Atlético no se impone en el centro del campo y en la profundidad del juego.

Otro de los enojados en la clasificación para los octavos de Salzburgo, Luis Suárez, no la huele en la complejo deportivo del Real Madrid. Salvo que el coronavirus le haya dejado alguna secuela, al uruguayo le sobrepasa el ritmo de los partidos, incluso el de su propio equipo.

Si no la engancha Joao Félix, el Atlético no cumple con el abastecimiento que Suárez necesita, porque tampoco despunta la conexión por la derecha entre Trippier y Llorente. Resulta que Mendy tiene la misma arrancada vertiginosa que el exmadridista.

Como nada va según lo previsto, Simeone decide girar por completo. Hace tres cambios en el descanso en busca de frescor e ideas. Lodi, Correa y Lemar por Felipe, Herrera y Carrasco. Algo más volcado sobre las inmediaciones de Courtois, el Atlético hace suya la posesión durante algunos tramos, pero no es ni suficiente ni resolutivo. El trallazo de Carvajal arruina la sesión rojiblanca y anticipa otro tramo de aspavientos.

Simeone decide entonces, minuto 59, una sustitución que sin duda genera debate en el mundo colchonero. Quita a Joao Félix y pone a Saúl . Como sucedió en Austria, el asunto se transforma en malas caras y gestos. Joao tira una botella contra el suelo, lanza una patada al asiento en la grada. Se enfada porque, como todos los futbolistas, no entiende que se prescinda de él. No era el peor y sí, bien es cierto, el que podía establecer diferencias.

La última sustitución genera más controversia. Simeone da entrada a Kondogbia y retira un día más a Luis Suárez, minuto 73, 2-0 para el Madrid. Suárez no protesta ni lanza objetos al suelo, como en Salzburgo, sino que interpreta una sonrisa irónica mientras recorre la banda hasta la grada. El síntoma de la derrota.

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