Atlético

La paradoja del revulsivo Correa

Su rendimiento mejora notablemente cuando empieza los partidos desde el banquillo, siendo el suplente más goleador de la historia del Atlético

Correa abrió la lata ante el Real Betis un minuto después de saltar al campo
Carlos Tristán González

Carlos Tristán González

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La película del pasado domingo en Sevilla ya la habían visto los aficionados del Atlético esta temporada. El panorama era el habitual fuera de casa: la victoria se resistía y el equipo no arrancaba, así que Simeone daba entrada a Correa . Un minuto después, este robó un balón, sentó a Joel y anotó el gol que abría la lata, decisivo a la postre para llevarse el encuentro . En el tramo final, ante el asedio local en busca del empate, Correa lo volvió a hacer. Gracias a una buena maniobra desde la derecha, puso un balón en el área pequeña que Morata remató de tacón a gol. Así, el argentino aprovechaba su oportunidad, devolvía al Atlético a la Champions por Navidad y abría un viejo debate: ¿merece el mejor suplente ser titular?

Todo esto no habría ocurrido si en verano se hubiera cerrado una operación a la que solo le faltaron unos pocos millones: Correa habría puesto rumbo a Italia, donde le esperaba un nuevo reto en las filas del Milan , y su lugar lo habría ocupado Rodrigo , quien llegó a despedirse del Valencia. Sin embargo, a día de hoy Correa sigue en el Metropolitano, donde goza de la confianza de Simeone, su principal valedor en el Atlético. Es por ello por lo que sus buenas actuaciones sobre el césped, como ante el Real Betis , son celebradas con especial entusiasmo por su entrenador.

El suplente más goleador

La paradoja está en que sus buenos minutos le confirman como el mejor jugador para entrar desde el banquillo. Es en este tipo de situaciones cuando el Atlético más se beneficia de su capacidad para meter el fútbol en la coctelera. Es, en resumen, el «revulsivo» , el jugador número 12. Una etiqueta que, por otra parte, no termina de agradar al futbolista, pues es antagonista de otra más apetecible: la de «titular» . Así lo confirmó Simeone: «No le gusta esa palabra porque es un jugador importante para el equipo y ha jugado mucho de inicio. Pero es cierto que cuando entra fresco, pensando en dónde está el problema del rival, tiene algo diferente. No quiere ser revulsivo, quiere jugar siempre, como todos los jugadores».

Las cifras, en cambio, hablan por sí solas: es desde el banquillo cuando Correa hace más daño a los rivales. Con su tanto al Real Betis, de hecho, se convirtió en el suplente más goleador de la historia del Atlético. De sus 22 tantos en Liga, 13 han llegado cuando no era titular. «Es algo muy bueno y me pone contento», dijo al respecto de este dato tan elocuente. La cuestión es, por tanto, si sus buenas actuaciones como suplente no hacen sino confirmar su carácter de revulsivo -cerrándole la puerta de la titularidad- o, en cambio, le conceden más papeletas para colarse en futuros onces iniciales.

Titular o suplente, sobre lo que no hay dudas es de su persistencia para estar en los planes de su entrenador. Ni siquiera haber tenido pie y medio fuera del club le ha restado protagonismo, siendo el séptimo jugador de campo con más partidos disputados (19). Cuando Simeone mira al banquillo, Correa aparece siempre como posible solución. Así, aunque solo sume dos goles esta temporada, encabeza la lista de asistentes del equipo con 5 pases de gol. Un rendimiento que le aleja de la suplencia y, quién sabe, si de la que se ha mostrado como una de sus mejores virtudes.

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