Atlético-Liverpool
El don y el lamento de Saúl: «Nadie cree en nosotros»
Crónica: El Atlético tiene vida
Vaya por delante que el partido del Atlético fue de una intensidad coral. A nadie se le puede arrebatar su cuota de protagonismo porque lo despachado por el conjunto de Simeone ya sirve como patrón de lo que debe ser un equipo solidario y comprometido. Brillaron especialmente Lodi y Felipe, pero el primer fulgor fue para Saúl , que acompañó su derroche y pasión con la felicidad del gol. «Lo he celebrado con rabia porque tenía muchas ganas. Ha habido muchas críticas...», decía a modo de reivindicación tras pasar más de cinco minutos aplaudiendo a la grada tras el pitido final.
No hay nada más placentero para un jugador que aquello en lo que has estado trabajando durante toda la semana se vea reflejado en el campo a las primeras de cambio. Eso debió sentir el todocampista cuando atrapó ese balón suelto en el área que puso por delante al Atlético. Saúl, muchacho de pulsaciones altas y goles trascendentales, reconoció de inmediato la sensación. Ese gol ya lo vivió ante el Bayern, frente al Madrid o contra el Leverkusen, porque algunos de los tantos más importantes de la historia reciente del Atlético llevan su firma. Tiene un don y lo sabe explotar como pocos. Nunca ha perdido el Atlético cuando él ha visto puerta: 32 victorias y cuatro empates. «Nos quieren matar, pero aunque nunca nadie cree en nosotros seguimos trabajando», reclamó de nuevo Saúl, a quien la temporada se le está haciendo pesada y necesitaba un instante así: «He tenido la suerte de ayudar al equipo en mi sitio, donde me siento cómodo y estoy contento», se reafirmó.
Ese gol al vigente campeón, el décimo en 51 partidos de Champions y el primero en Europa esta temporada, le dio alas al canterano, eje fundamental del eficiente y trabajador centro del campo del Atlético. Junto a Koke -cuánto ha echado de menos a su capitán Simeone-, Saúl asumió el mando ante lo que se preveía: un acoso constante a la portería de Oblak durante más de ochenta minutos. Ahí también apareció, persiguiendo a Salah, haciendo ciento y un coberturas a sus compañeros, pendiente de la posición de todos, señalando y colocando... Siendo el líder de un grupo que volvió a ofrecer su mejor versión en una noche única.
La única vez que Atlético y Liverpool se cruzaron en una eliminatoria europea fue en las semifinales de la Europa League de 2010, un partido que acabó también 1-0 gracias a un gol de Forlán. El pase a la final se decidió en Anfield, en una prórroga agónica resuelta de nuevo por el delantero uruguayo (2-1).
«He visto caras felices en el Atlético, pero esto no ha acabado todavía», decía Klopp . «La eliminatoria sigue igual», concedía Simeone. En el Atlético aún pesa el repaso de Cristiano el curso pasado que dejó en nada el 2-0 ante la Juventus de la ida. Los jugadores, y sobre todo el técnico colchonero, saben que lo más difícil está aún por llegar, pues Anfield apretará casi tanto como el Metropolitano ayer. Pinta a que será otra noche apasionante.