Liga Santander
Atlético, el bajón de cada temporada
Una Liga más, el equipo de Simeone sufre su mes malo, pero consigue mantener el liderato gracias a su espectacular inicio de campaña

En una temporada que marchaba de cara en la Liga para el Atlético de Madrid , en números de campeón al término de la primera vuelta, el viento ha cambiado de repente de dirección y al equipo le toca ahora remar contra corriente después ... de que solo haya sido capaz de sumar cinco puntos de los últimos doce disputados. Un atasco más de acierto ante la portería rival que de juego del que ha sabido aprovecharse el eterno rival para recortar diferencias (a tres puntos con un partido más) y reavivar la pelea por el campeonato justo a las puertas del regreso de ambos a la guerra europea de la Champions . El bajón contra el que los rojiblancos se ven habitualmente obligados a pelear cuando aparecen diciembre y enero ha llegado este curso con retraso y febrero es el mes que ha desatado las dudas. Desde el primer partido, Simeone y su tropa habían ido sorteando con sobresaliente las numerosas dificultades aparecidas en el camino en forma de sanciones, lesiones y coronavirus, pero en las últimas semanas al equipo se le han juntado todos los males y no se están encontrando soluciones. La buena noticia para el Atlético es que se ha podido permitir el lujo de vivir de las rentas para seguir como líder. El derbi del próximo 7 de marzo cobra aún más interés. (Otro gatillazo del Atlético incencia la Liga)
Lo advirtió Simeone hace unos días cuando afirmó que sería «muy difícil que los números de la segunda vuelta sean parecidos a los de la primera», ya que tras el ecuador del campeonato aumenta el nivel de los rivales debido a la urgencia de los objetivos. El problema con el que se ha encontrado su equipo es que, acostumbrado a sumar de tres en tres, el apagón ha llegado de golpe y en el momento menos oportuno. A las puertas de la Champions , competición que siempre exige lo máximo y que esta temporada resulta aún más selectiva por lo apretado del calendario, el Levante ha privado de cinco puntos al Atlético en tres días , algo que parecía impensable. Dos empates y una derrota rojiblancas en las últimas cuatro jornadas, un palo en la carrera por el título, pero ni mucho menos definitivo.
En su estadio y en el Metropolitano , donde los madrileños no perdían en Liga desde diciembre de 2019, el Levante ha terminado de destapar esa extraña sensación de debilidad defensiva que acompaña ahora al conjunto de Simeone. Habituados a un Oblak imbatible, sorprende que un equipo considerado en los últimos años un paradigma por su solidez atrás haya encajado en las últimas siete jornadas. La estadística evidencia un problema. Seis goles recibió el esloveno en los 16 primeros encuentros, cifra que ha disparado a 16 solo siete citas después. Las ausencias por sanciones ( Trippier de larga duración por el castigo de la FIFA), las lesiones ( Giménez , la última víctima este sábado) y el coronavirus han terminado por agujerear un muro de hormigón. El cambio de sistema de tres centrales que tan bien le funcionaba al Cholo en el inicio de curso tampoco resulta ahora una garantía.
El Atlético ha cambiado su estilo y es ahora un equipo más ofensivo, pero la debilidad atrás ha coincidido con el atasco ante las porterías rivales. No se puede argumentar, ni mucho menos, que los rojiblancos estén jugando mal, pero la falta de puntería ha empezado a convertirse también en un lastre, aunque ya se sabe que el fútbol son rachas. Lo que antes le entraba a Luis Suárez , ahora acaba en los palos, como le sucedió en la victoria en Los Cármenes o el sábado en una falta. El asedio en algunas fases de los dos partidos contra el Levante quedó sin premio. El gol recibido en la prolongación ante el Celta o el fallo de Correa a puerta vacía en el Ciutat de Valencia ejemplifican el mal fario que envuelve ahora al Atlético. Ganó de penalti en Eibar o sobre la bocina en Vitoria, pero el viento ha cambiado en el último mes y el Madrid ha sabido colocarse a la estela del líder.
Un Atlético al que la secuencia de lesiones, sanciones y cuarentenas ha terminado por restar ese punto de intensidad que siempre suponía un extra para el equipo de un técnico que se ha visto obligado a reconvertir la posición en el campo de más de un futbolista porque las circunstancias le han impedido aplicar una política de rotaciones. Pero el Atlético nunca deja de creer y anuncia lucha hasta el final.
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