Natación
Veinticinco horas seguidas nadando contra el coronavirus
Tras superar la enfermedad, Pablo Fernández persigue un récord Guinness para ayudar a Cruz Roja a paliar los efectos de la pandemia en los colectivos más vulnerables
Sus síntomas fueron idénticos a los de otros miles de españoles. «Cansancio, pérdida del olfato, fiebre alta y, lo que más llegó a preocuparme, dificultades respiratorias durante varios días». Pablo Fernández peleaba a finales de marzo contra el coronavirus y mañana, un mes después de superar la enfermedad, se lanzará al agua para intentar ser el primer hombre en nadar 25 horas seguidas. Las circunstancias obligan y no será en el mar, sino en una piscina contracorriente. En su mente está celebrar su tercer récord Guinness solidario , un nue vo desafío personal con el que pretende rendir homenaje a las personas anónimas que luchan día a día en primera línea contra la pandemia. «Yo no llegué a estar ingresado porque pasé el Covid en mi casa , pero todos vemos que el trabajo de esa gente resulta extraordinario.Se merecen todo, esta aventura es un intento de homenajear y poner en valor que cualquier persona anónima puede ser un héroe».
Lo tiene claro. «Es un reto distinto a los anteriores porque esta vez es en una piscina. Haber superado la enfermedad y, sobre todo, el ejemplo que nos han dado el personal sanitario, los cuerpos de seguridad y los millones de trabajadores que se han dejado la piel y en algunos casos la vida por los demás, será el motor que me ayudará a no desfallecer y a compensar los momentos de debilidad que aparezcan, especialmente ya en las últimas horas», asegura a ABC mientras ultima los detalles para una aventura que nace con un fin solidario. Todos los fondos recaudados irán destinados al Plan Cruz Roja Responde , uniéndose así a otros deportistas de élite como Rafa Nadal o Pau Gasol , en su intento de paliar los efectos de la pandemia en los colectivos más vulnerables. (Dónde se puede donar)
Entrenamiento espartano
El «bicho» no le ha dejado secuelas físicas ni ha tocado su moral, afirma, pero sí ha conseguido interrumpir la dinámica de entrenamiento que seguía antes del obligado confinamiento. Sin embargo, se siente fuerte y preparado para buscar su tercer Guinness . «Durante la semana solía completar unos 60 kilómetros nadando. Antes de que el Covid-19 nos cambiara a todos la vida, me levantaba a las 5 de la mañana y todos los días entrenaba dos horas en la piscina. Después de mi jornada laboral, hacía otra hora y media de trabajo en seco, de fuerza». Una disciplina espartana que en julio del pasado año le llevó a convertirse en el hombre que más rápido ha nadado cien kilómetros en un océano . Tres meses después, y también con un fin solidario, repetía gesta con unos grilletes en los pies. « Conseguí el segundo Guinness nadando más rápido que nadie cinco kilómetros en mar abierto con unos grilletes atados a los pies », aclara ilusionado pensando en el nuevo reto que afronta. Mañana no peleará contra la inmensidad del mar ni la soledad que provoca. Tampoco contra la fuerza de las olas. El principal enemigo será la monotonía que supone bracear contracorriente en una pequeña piscina durante 25 horas seguidas . «El desafío en una piscina es psicológico porque al estar en un espacio cerrado y nadando siempre contracorriente te sientes como un hámster dando vueltas en una rueda», asegura. «Es una constante lucha mental porque no notas que avanzas».
Brazadas agotadoras durante un día y una noche. Pensamientos infinitos, 25 horas sin apenas descanso . Un esfuerzo físico brutal que espera no le pase factura a pesar de haber sentido el coronavirus en sus carnes. «En el mar, si te da un calambre, puedes parar de vez en cuando, lo importante es superar el reloj y rebajar un tiempo.Aquí solo te permiten detenerte cada 55 minutos por si necesitas ir al baño o comer y beber algo rápido. Hay un vídeo que te está grabando y si te echa para atrás la corriente, la prueba queda invalidada. La tensión y la concentración del reto es mayor que en el mar», asegura Fernández, emprendedor tecnológico además de nadador .
Su intento de récord será retransmitido por YouTube e Instagram. De conseguirlo, será el primero de la historia homologado a través de un vídeo en directo. «Por responsabilidad, esta vez no habrá observadores en directo de los récord Guinness. De manera excepcional se ha autorizado a personas de la Federación de Natación para que ejerzan de observadores, pero ellos seguirán la prueba a través del vídeo», concluye Pablo Fernández , cofundador y CEO de la startup española Clicars.com.