La última aberración del Everest: en helicóptero hasta el campo 2

Ni el coronavirus -que ya ha infectado a varios alpinistas en el campo base-, ni el mal tiempo, ni la alta afluencia de personas. Ni siquiera un colapso en la Cascada del Khumbu . Nada frena a las agencias para que sus clientes puedan alcanzar la cumbre del Everest en una primavera atípica, la primera tras el cierre obligado por la pandemia, que busca reencontrarse con una normalidad que no parece ser tal en las inmediaciones de la montaña más alta del mundo.

Acostumbrados ya a esperar que la montaña esté 'cosida' con las cuerdas fijas para lanzarse a la aventura de coronar la cima, algunos de los clientes presentes en el campo base han redoblado estos días su apuesta por llegar a lo más alto, sin importar el dinero ni tampoco la ética deportiva.

Así, según cuenta el alpinista y cineasta Elia Saikaly , en la última semana se ha visto cómo el helicóptero trasladaba a varios clientes desde el campo base hasta el segundo campo de altura, situado aproximadamente a 6.500 metros de altitud. Un atajo que allana aún más el camino hacia la cumbre , evitando una de las partes más complicadas y peligrosas de la ruta, que es la Cascada del Khumbu.

Esa zona inicial, formada por grandes bloques de hielo, sufrió un colpaso el pasado fin de semana, lo que cortó el camino hacia la cumbre y obligaba a rehacer el trabajo a los sherpas. Un impedimento que no es tal para los adinerados clientes que pagan alrededor de 60.000 euros por alcanzar la cima del Everest y que no han dudado en desembolsar un poco más para saltarse esta parte de la senda.

Es la última aberración de los aspirantes a alpinistas, para los que todo vale con tal de hacerse una foto en la cumbre del Everest . Porque además de la ayuda de los sherpas, de las cuerdas fijas y del oxígeno, ya les vale hasta quitarse la mitad del camino. Quizá, como denuncian algunos puristas de la montaña, en un futuro bastará con montarse en el helicóptero para que les dejen a pie de cumbre.