Rally Dakar 2020
«Tras disputar el Dakar, mi próximo reto será ir a la Luna»
Albert Llovera, que regresa al Dakar tras dos años de ausencia, es un ejemplo de superación al que se le acumulan los retos y los desafíos
Cuando Albert Llovera, esquiador de elite, sufrió un accidente en 1985 que le dejó postrado en una silla de ruedas, se le vino el mundo abajo pero tardó poco en vislumbrar un abanico de retos que le mantienen vivo y que le convierten en un ejemplo de superación. Fue el primer piloto de rally en competir con una discapacidad, trabajó con la NASA, diseñado dispositivos de adaptación a la conducción y ahora regresa al Dakar tras perderse las dos últimas ediciones por lesión (2018) y por falta de presupuesto (2019). La llamada del Petronas Team De Rooy Iveco (15 dakares y dos victorias en camiones) le coloca de nuevo en el rally más prestigioso del mundo con serias opciones de victoria. Llovera atiende a ABC con la ilusión del primer día.
-¿Qué supone volver al Dakar?
-Significa mucho porque es como una recompensa. He corrido cinco veces pero hace dos años que no voy. La frustración que tenía era porque lo había hecho muy bien pero no tenía buenos equipos. La llamada de Rooy es una recompensa al trabajo bien hecho.
-¿Competir con este equipo le presiona para ganar?
-No. Ni una. De entrada voy de apoyo a los otros pilotos del equipo. Iba de cuarto pero el primer día de test ya me pasaron a ser tercer piloto ye so es una gran recompensa para mí.
-¿En el Dakar qué es más importante, competir o divertirse?
-Las dos cosas, al menos en mi caso. Cuando compites no acabas de disfrutar del todo pero yo intento compaginarlas porque es lo que he hecho toda mi vida. Por eso continuo siendo piloto después de muchos años. Hay muy pocos pilotos profesionales de mi edad y y o aún estoy ahí dando el callo.
-Su Dakar particular empieza cuando acaba la etapa...
-No tienes vida porque a la que bajas del camión o del coche la gente se destensa pero no es fácil ir con la silla por el vivac. Tengo que llevar una especie de enganche motos para mi silla pero suelo necesitar ayuda de los demás porque me quedo enganchado en la arena. Eso también hace que al tercer día ya conozca a todos y todos me conozcan a mí. Todos me ayudan a llegar al comedor o al hospital o donde necesite... Tampoco puedo utilizar las instalaciones de la organización a nivel de ducha ni de lavabo. Me he hecho un inventillo, con una silla especial y adaptada a mí que ubicaré en una tienda de campaña más pequeña. Y por esa tienda me pasarán unos tubos para ducharme... Pero todos estos movimientos acaban pasando factura.
-Mucha gente se pregunta qué necesidad tiene usted de complicarse la vida de esta manera...
-Son oportunidades. Llevo dos años haciendo el Rallycross... Lo primero que me dijeron fue este fin de semana has corrido mucho. Soy polivalente, tracción delantera, trasera, cuatro ruedas motrices, camión, asfalto, tierra, nieve, arena, altitud...
-¿Es injusto que no haya una categoría especial para pilotos con alguna discapacidad?
-El primer problema que tuve en mi carrera en el automovilismo fue la licencia. No me la daban porque la gente que tiene una discapacidad no puede competir contra los "normales". Yo estoy dentro de la comisión de la FIA, para ayudar a competir a las personas con discapacidad y hay algunas normas con las que estoy en contra. Nos querían hacer llevar un adhesivo con una silla o casco al lado del dorsal. ¿Estamos haciendo integración o queremos ser los tontitos? Cuidado a mí no me toquéis que voy en una silla... Si todo el mundo ya sabe que estamos compitiendo. si me dieras que voy a correr las 24 horas de Lemans, que hay 80 coches y no se sabe el turno que salgo, me parece perfecto que tenga que salir con una pegatina, pero en un Mundial Rallys no. Lo primero que hago es ir a las verificaciones, a los médicos, les invito a ver mi coche y que vean cómo conduzco.
-¿Le molesta que se destaquen sus éxitos por el hecho de tener una discapacidad?
-No, tampoco. No soy un piloto que va en silla pero soy rápido y soy polivalente en todo, en todas las superficies. No escondo mi silla. Es un pack. También a los sponsors les gusta cómo me vendo, lo que transmito y lo que hago. si fuera un piloto normal quizás no tendría este gancho. Y no me doy por satisfecho por simplemente hacerlo bien estando en una silla. Quiero estar delante de todo y ganar.
-¿Qué retos le quedan por hacer?
-Hay otras motivaciones. Puedes hacer lo que te de la gana. Hay otras cosas en la vida por hacer, Unicef, he estado a Mauritania, Jordania, con los refugiados sirios porque tienen una gran cantidad de niños con discapacidad y eso también me llena. Si puedo aportar mi granito lo hago. También me gustaría ir a la luna, eso queda pendiente.
-¿Si no hubiera tenido aquel maldito accidente hubiera hecho todo lo que está haciendo?
-Doy un plus aun más porque todo lo que me encuentro son contradicciones. Quiero competir y me dicen que no, que no puedo competir. Quiero ir al Mundial y me dicen que no puedo ir. Que no puedo correr, que no puedo ir al Dakar... Todo es que no. Y al final es algo que te motiva. No me da miedo en ser el primero en hacer cosas. Me obsesiono, lo trabajo... Prefiero ser cola de león que cabeza de ratón. Hay muchos pilotos que no se atreven a salir de su zona de confort pero cuando compiten internacionalmente, cuando salen de sus carreteras, no son nadie. A mi eso no me llenaría. Prefiero quedar detrás de los mejores del mundo que ser el más rápido de mi pueblo.
-¿Cómo supera un adolescente un accidente como el que usted tuvo?
-Es complicado. Hay tres puntos muy importantes. El primero es uno mismo, que quiera salir de ese agujero negro en el caes. Yo pensaba que iba a vivir de mis piernas y de un día para otro dejo de tener sensibilidad del pecho para abajo y eso no es fácil. El segundo es la familia. Nosotros somos cuatro hermanos y como yo era el pequeño ya estaba acostumbrado a irme peleando por casa. Y el tercero son mis amigos. Siempre he tenido el mismo grupito. Cuando volví de los primeros Juegos Olímpicos todo el mundo quería ser amigo mío pero un años después, tras el accidente, muchos desaparecieron. Mis amigos de siempre siempre estuvieron y siguen siendo los mismos. Y si alguno ya no está es porque se ha muerto. Gracias a estos tres puntos yo pude salir adelante.
-¿Cómo llevará lo de compartir fuerza mediática con Fernando Alonso?
-La presión la tendrá él... (risas). Estoy muy contento de que venga, estoy encantado. Nos llevamos bien y me ha apoyado mucho. Le tengo al lado para cualquier duda y el también me pregunta cosas. Es mucho más agradable de lo que la gente se piensa. Una cosa es el Fernando de la F1 y otra cosa sera lo que se encuentre en el Dakar, donde no existen las tarjetas VIP.
-Usted que es un defensor de los derechos humanos y embajador de Uicef, cómo explica el ir a correr a Arabia Saudí...
-Les da un poco de posibilidad de cambio. Estamos en fase de ir cambiando. Costará mucho pero lo están intentando. Todo el mundo habla de la discriminación que sufren las mujeres pero la gente con problemas físicos, como yo, también tiene problemas allí. Hay lugares como Mauritana que la gente con silla de ruedas o alguna discapacidad y no te dejan ir ni al colegio. He ido con Unicef y he tenido problemas para reunirme con cargos políticos. Pues estos sitios que quieren cambiarlo poco a poco hay que darles la oportunidad de que lo hagan. Correrán mujeres como Laia Sanz. No podrán ir en tirantes pero en un lugar en el que prohibían a las mujeres conducir...
-¿Qué es lo que más echará de menos en este Dakar?
-He estado en el DAkar africano, en el suramericano y ahora me falta éste. Echaré me menos al público. Será la gran diferencia con Suramérica. Y también echaré de menos el poder tomar una cerveza después de una carrera o comerme un trozo de fuet o de jamón... (risas). También podría haber cierta apertura con esto...
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