Juegos Paralímpicos
Susana Rodríguez, de la portada de 'Time' al oro en Tokio
España, una potencia en triatlón con el oro de la gallega, el bronce de Sánchez Palomero y la plata de Héctor Catalá
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Para ella era algo normal, incluso aunque la revista Time la eligiera para su portada. Era normal ser médico en tiempos del Covid y seguir entrenándose para preparar los Juegos Paralímpicos de Tokio. Una vez cumplió su parte en el Hospital de Santiago de Compostela atendiendo a los posibles contagiados por coronavirus, la cita japonesa que se había aplazado un año fue entonces su prioridad. Quería, además, ser más especial, y decidió doblar disciplina, clasificada para triatlón y para 1.500 metros. En el Parque Marino de Odaiba, Susana Rodríguez se ha convertido en la deportista total: médica, portada del Time, campeona paralímpica.
Admitían sus guías, Sara Loehr y Celso Comesaña, que estaba muy fuerte, y así lo demostró en la bahía de Tokio; primera posición saliendo del agua. También en la prueba de bici, con 20 segundos de ventaja sobre sus rivales. El calor, ya a las 8 de la mañana, era terrible, con una humedad que incrementaba la temperatura unos cuantos grados. Pero Rodríguez siguió muy firme en la segunda vuelta, aumentando la ventaja con sus rivales a 30 segundos.
«En el agua vamos atadas a una goma en la pierna, si toma tensión ya sabe que se aleja y se tiene que pegar o cuando nos chocamos ya sabe que se tiene que alejar, pero es mejor ir juntas. En bicicleta: 90 a la derecha, 90 a la izquierda, ponerse a la vez arriba o abajo. Y a pie es más tecnica y animarla muchísimo para que no se venga abajo. Tienes que ir dos puntos por encima para avisarla de que no pase nada . Y en las transiciones, que ella se puede sentir segura, dónde tiene que poner los pies», explicaba Loehr a este periódico en al previa. Porque Rodríguez es quien gana la medalla, pero los guías son sus ojos para lograrlo .
«No hemos hecho muchas competiciones juntas, pero en las que hicimos sacamos muy buenas conclusiones , efectivas. Sara probó a hacer los tres deportes a ciegas», comentó Rodríguez al terminar, bajo una sombrilla por el calor húmedo en la zona de prensa. «Cada persona que nos ha seguido ha sido un trocito de fuerza. Ese apoyo ha llegado, cuando las cosas van bien y cuando no van bien. Nunca nos hemos sentido solas».
Sobre la celebración de este oro, un apunte que invita a soñar con todo: «Esta noche sí que habrá cena con algún dulce de más, pero hay que posponer la celebración (tiene la prueba de 1.500 el domingo y, si se clasifica, la final es el lunes), pero posponerla solo significa que se hará una fiesta más grande », sonreía.
Los medios internacionales, claro, esperaban con ganas la atención de Rodríguez, una celebridad desde que salió en la portada de la revista 'Time'. Querían preguntarle, sobre todo, cómo fue su experiencia de médica (primera mujer española ciega en licenciarse) durante la pandemia , primero como médica que atendía las dudas de los posibles contagiados a través del teléfono, y después como rehabilitadora de los pacientes que había sufrido más problemas físicos tras pasar por la UCI y por la enfermedad. Una celebridad mundial con sonrisa eterna y un oro paralímpico.
Antes, en triatlón para deportistas con discapacidad física, Álex Sánchez Palomero consiguió una reconstrucción perfecta, un bronce después de que en Pekín 2008 subiera al podio en natación, con otro tercer puesto en 100 braza. «Ha costado muchísimo llegar hasta aquí. Es un premio y un regalo. Ha sido estar en mi mejor momento deportivo en mi peor momento personal», confesaba el triatleta, que con 17 años sufrió un accidente de moto y perdió la movilidad del brazo izquierdo. El oro fue para el francés Alexis Hanquinquant y la plata, para el japonés Hideki Uda.
La potencia de los deportistas españoles en triatlón se completó con la plata de Héctor Catalá , con el guía Gustavo Rodríguez. Aunque salió séptimo del agua y sexto de la transición de la bicicleta, en una gran remontada a pie, el valenciano conquistó la plata en una pelea con el japonés Yoneoka, el oro fue para Snyder. El valenciano nació con la enfermedad de Best, una distrofia macular que le ha reducida la visión hasta dejarle con menos del 10 %.
¿El éxito? La complicidad entre atleta y guía, una relación de amistad que une a pesar de las diferencias. «Somos antagónicos en muchas cosas. Yo soy muy ordenado y Gus...», comienza Catalá. «Fíjate cómo soy que en un brazo tengo el número bien puesto y en el otro lo tengo al revés», terminaba el guía entre risas de ambos. «Es como un matrimonio. Creo que ha dormido más noches conmigo estos últimos meses que con su mujer. Lo único que es un matrimonio que no arregla las cosas en la cama », continuaba el valenciano, pletórico. «Ojalá pasara esto todos los días».
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