Golf
Sergio García: «Ya no me cabreo cuando fallo; me porto lo mejor posible para que mis hijos estén orgullosos»
El golfista español no llega en la mejor forma al primer ‘major’ del año, desde el jueves, pero sale «a ganar»

Sergio García (42) es el único español que ha sido capaz de ganar el Masters de Augusta en el siglo XXI. Y ese no es un dato baladí, teniendo en cuenta la cantidad de grandes jugadores que lo han intentado en esta dos últimas décadas, ... como Chema Olazábal, Miguel Ángel Jiménez, Rafa Cabrera o Jon Rahm. Por eso cuando en 2017 se enfundó la chaqueta verde se quitó un gran peso de encima y, de paso, alivió la espera a toda la afición nacional.
Pregunta - ¿Desde entonces, llega a Augusta más presionado o más relajado?
Respuesta - Pues diría que una mezcla de ambas cosas. Por un lado ya no tengo esa obligación de salir a ganarlo cada año, pero por otro, como ya sé lo bonito que es, sí que salgo con más energía para intentar repetir la experiencia. Pero dependerá de cómo vaya la semana.
P-¿Cómo se siente en Georgia?
R-El Masters es un torneo especial, muy bello. Y siendo campeón más todavía. Siempre tengo ganas de llegar y hacerlo bien para convertir la semana en algo único. Pero tienen que conjugarse varios factores para que todo salga en orden y seamos capaces de hacer algo para recordar.
P-Su vinculación es tanta aquí, que a su hija la llamó Azalea, la flor típica del National.
R-Por supuesto, es un lugar que ni mi mujer ni yo olvidaremos nunca, y no solo por la chaqueta verde que gané en 2017, el año que nos casamos. Azalea (4) nos acompaña desde los pocos días de nacer y Enzo (2) también vino al mundo la semana siguiente al torneo.
P-De todas formas, no llega en su mejor momento y no aparece entre los favoritos. ¿Quizá tiene otros objetivos para 2022?
R-Cada vez que salgo a un campo de golf es para ganar, eso que nadie lo dude. Pero además hay que intentar jugar lo mejor posible y mejorar cada semana, no vale hacerlo bien en un campeonato puntual y ya está. Eso conllevará mejorar en el ranking mundial y seguir subiendo escalones. Ahora estamos entre los 50 mejores y el reto siguiente es acercarse al top 25; y si tenemos un muy buen año, seguir remando hacia más arriba para alcanzar los diez primeros. No es fácil porque hay muchísimos y muy buenos jugadores por delante, pero sin ninguna duda es posible y lo vamos a intentar.
P-Por primera vez en la historia, la media de edad del top 10 ha bajado de los 30 años y a primeros de temporada, el top 5 tenía 23. ¿Eso le da vértigo a un cuarentón?
R-No, en absoluto. Yo también anduve por ahí cuando tenía esa edad. Lo único que demuestra es la calidad de los jóvenes que tenemos en este momento en el circuito. Yo lo único que puedo hacer es jugar lo mejor posible y dar lo máximo para estar lo más cerca de ellos posible.
P-Uno de los mejores, por razones obvias, es Jon Rahm (26). ¿Le ve mucho tiempo luchando por el número uno?
R-A ver, Jon es un jugadorazo y tiene calidad para estar ahí arriba el tiempo que quiera. Está en esa zona por méritos propios y no se lo ha regalado nadie. Pero tiene varios problemas. Por un lado, que no puedes controlar a tus rivales, y si te vienen Scottie Scheffler, Collin Morikawa, Viktor Hovland o Dustin Johnson y ganan tres o cuatro veces en poco tiempo, se van a aupar a lo más alto; y por otro, es cuando se quieren comparar sus logros con los que tuvo Tiger Woods. Eso es imposible de igualar. Lo que hizo el californiano fue absolutamente extremo, de otro planeta, y no habrá nadie que lo consiga igualar. Pero en suma, es bonito que esté ahí peleando y nos toca disfrutarlo a todos mientras podamos.
P-¿Cómo afronta su vida con 42 años y dos hijos? ¿Ha cambiado mucho?
R-Evidentemente, te modifica la perspectiva. Antes estaba yo solo y ahora tengo una familia detrás de la que estar pendiente. Ves crecer a los niños día a día y lo que siempre hablamos mi mujer y yo es que queremos que sean buenas personas en el futuro; esos son los valores que les queremos inculcar. Que sean educados, que disfruten de la vida y que hagan lo que más les guste. Nos agradaría que hicieran deporte, pero no les forzaremos a que sean golfistas. Eso sí, como eso sea lo que quieran, les vamos a apoyar todo lo posible.
P-¿Y en el campo de golf ha cambiado su actitud?
R-Sin ninguna duda, especialmente cuando no me salen bien las cosas. Hace unos años me habría cabreado mucho por dar malos golpes, pero ahora me doy cuenta de que el golf es lo que amo hacer cada día, pero que no es lo único en mi vida. Ahora tengo cosas más importantes y una de ellas es portarme lo mejor posible para que mis hijos estén orgullosos de mí.
P-¿Cómo definiría ese sentimiento?
R-Ahora juego más tranquilo. Como competidor siempre trato de estar al máximo nivel y ganar a mis rivales cada día, pero ya digo que lo hago de otra manera que cuando empezaba. Llevo ya más de dos décadas de profesional y uno va madurando en todos los sentidos.
P-Uno de esos cambios podría ser reducir su calendario a menos pruebas para estar más tiempo en casa y pensar más en el futuro a largo plazo. ¿Se ve dentro de ocho años en el Champions Tour, como Miguel Ángel Jiménez y Chema Olazábal?
R-Todo dependerá de cómo me encuentre entonces. Sobre todo si sigo teniendo las ganas de entrenarme y de competir que tengo ahora. Lo veo como algo interesante y divertido para jugar a partir de los 50, pero aún me quedan muchos títulos por lograr.
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